¿Qué tan antiguas son las piedras en el Museo de la Casa del Mendrugo en Puebla?
Como observación general, lo que inmediatamente salta a la vista al comparar todas las piedras es no sólo el mismo tipo de material (una caliza relativamente fácil de trabajar) sino la misma técnica de grabado que incluye un alto relieve –tan alto que no tiene precedente en ninguno de los ejemplos de escultura y lapidaria antigua en Oaxaca.
La persona que hizo los grabados invariablemente procedió a dejar en la parte posterior de las piedras un bloque más delgado que el mismo alto relieve. Igualmente revelador es la curvatura y suavidad de las superficies del relieve. Este detalle del acabado tampoco tiene paralelo en los ejemplos antiguos que conozco, lo que sugiere el uso de herramientas eléctricas y de metal, y por ende modernas. ¿Y qué de la imaginería que presentan? Para tratar ese asunto, identifico las piedras seleccionadas siguiendo su secuencia conforme el visitante pasa por las distintas salas del museo.
La piedra 1 presenta un rostro del dios de la lluvia al centro y cabezas de serpientes emplumadas a cada lado. La faz, con anillos en los ojos, lleva en la boca un lirio de agua, como se representa comúnmente en el estilo teotihuacano (350- 650 d.C.) y en el Epiclásico (650-850 d.C.).
Pero en Oaxaca, aunque los antiguos zapotecas emularon en ocasiones ciertos aspectos de la forma teotihuacana, nunca la copiaron con el lirio acuático. Además, hasta ahora, no hay en la región zapoteca ni un solo ejemplar de serpientes emplumadas que se haya hecho antes del siglo X.
La cédula de exhibición dice que ésta fue un dintel. Su tamaño sólo daría cabida a que fuese el dintel de una tumba, pero todos los dinteles conocidos en criptas de Oaxaca que datan de entre los siglos IV y IX tienen un tema completamente diferente, es decir, contienen nombres calendáricos de personas a manera de genealogías.
Imagen: La piedra 1 presenta un rostro del dios de la lluvia al centro y cabezas de serpientes emplumadas a cada lado. La faz, con anillos en los ojos, lleva en la boca un lirio de agua, como se representa comúnmente en el estilo teotihuacano (350- 650 d.C.) y en el Epiclásico (650-850 d.C.) Personificación del dios pluvial. Izquierda: Piedra 1. Derecha: Estela 2 de Xochicalco (detalle). Fotos: Javier Urcid.
Javier Urcid. Doctor en antropología por la Universidad de Yale. Profesor en el Departamento de Antropología de la Universidad de Brandeis, Boston, Massachussetts.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Urcid, Javier, “¿Qué tan antiguas son las piedras en el Museo de la Casa del Mendrugo en Puebla?”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 54-59.