María Castañeda de la Paz, Miguel Luque Talaván
Se analizan aquí cinco escudos de armas que varios señores tepanecas solicitaron para sí o para su pueblo. En ellos la gente veía un reconocimiento de la Corona española hacia sus señores y la grandeza de éstos como conquistadores. Al mismo tiempo, la nobleza indígena mandaba un mensaje subliminal a su pueblo mediante la elección de varios elementos de su identidad.
Siguiendo un patrón prehispánico de conquista, donde las tropas del pueblo vencido se unían a las tropas del pueblo vencedor, muchos pueblos del Altiplano Central se sumaron a las huestes españolas en su camino desde la costa hacia el Centro de México. A cambio, esperaban obtener recompensas como la concesión de tierras y la exención de tributos. Pero el mundo había cambiado y en el nuevo contexto había que dirigirse a la Corona española para obtener dichas prerrogativas. La nobleza indígena tuvo entonces que adaptarse y aprender las formas castellanas para hacer su correspondiente solicitud. Viendo, además, que los conquistadores españoles eran recompensados con un escudo de armas, también solicitaron los suyos, tal como testimonian numerosas cartas y cédulas reales.
En el presente trabajo se analizan cinco escudos de armas que varios señores tepanecas solicitaron para sí o para su pueblo. Los argumentos en que se apoyaron para la correspondiente solicitud fueron siempre el de su participación o la de sus antepasados en la conquista, su verdadera conversión al cristianismo y su condición de nobles. Cuando se trataba del escudo para su altépetl (pueblo) se daban detalles de la labor de las tropas en ciertos eventos, o se exponía la importancia política del altépetl en el tiempo prehispánico. Si el altépetl llegaba a ser distinguido con un blasón significaba que dejaba de ser pueblo para adquirir el estatus de ciudad, o como en el caso de Coyoacan, de villa. Y es que para los españoles, mientras los indígenas eran los que vivían en pueblos, los españoles lo hacían en ciudades y villas, siendo estas últimas de un rango algo inferior a las ciudades.
La elite se dio entonces a la tarea de elaborar vistosos escudos. Los tepanecas sorprenden por su espectacular iconografía tipo códice, donde los dioses prehispánicos están presentes, a pesar de esa “verdadera” conversión a la fe cristiana. Esos dibujos se enviaron a la Corte española, que en caso de aceptar la petición, los copiaba para que fueran incorporados en las cédulas reales de concesión que se enviaban a la Nueva España. De otra manera, no se puede explicar cómo el pintor español iba a saber dibujar águilas o jaguares gritando “guerra”, cuchillos de pedernal, macanas, los atavíos del dios Otontecuhtli, el escudo o chimalli asociado a Xipe Tótec, entre otros elementos prehispánicos.
Castañeda de la Paz, María, y Miguel Luque Talaván, “Heráldica indígena. Iconografía tipo códice en los escudos de armas tepanecas”, Arqueología Mexicana núm. 105, pp. 70-75.
• María Castañeda de la Paz. Doctora en historia de América por la Universidad de Sevilla. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.
• Miguel Luque Talaván. Doctor en historia por la Universidad Complutense de Madrid y profesor en esta misma universidad. Ambos autores preparan un libro sobre heráldica indígena.
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