Henri Noel Bernard, Eric Taladoire
En el marco de las investigaciones realizadas a los objetos de estilo olmeca en las colecciones públicas y privadas en Europa (Bernard, 2014), se registraron varias piezas que arribaron al viejo continente a finales del siglo xix, cuando surgieron los museos etnológicos. Dos de ellas fueron mencionadas e ilustradas por el médico militar francés Fuzier, director del Hospital de Veracruz en el tiempo de la guerra de Intervención, autor de varios dibujos y descripciones de objetos prehispánicos.
Una vasija del Museo de Berlín
La primera pieza es una inusual vasija olmeca en piedra que se encuentra ahora en el Museo Etnológico de Berlín (Museum für Völkerkunde, Berlín). El museo la adquirió desde 1887 de manos de Bernardo Melgar (María Gaida, comunicación personal, 2014) y tiene el número de inventario: Ca 7407. Es una vasija de soporte trípode, pared divergente, borde evertido liso en el cual sobresale lo que parece la cabeza de un ave (pato). El cuello del ave bordea el cuerpo del cajete en el cual están grabados varios elementos, en particular el ala que corresponde, en el catálogo iconográfico de Joralemon (1990, p. 10), al motivo 36: garra ala, un rasgo relacionado con los dioses I y III. Parece hecha de basalto, y 17.4 cm de alto, 24.2 cm de largo y 25.1 cm de ancho. Se encuentra en muy buen estado de conservación, sólo que en los dibujos de Fuzier está completa, mientras que en el catálogo de Berlín aparece fragmentada en lo que correspondería a la parte trasera del ave.
Esta vasija habría pertenecido a la antigua colección de objetos prehispánicos de José María Melgar y Serrano, el famoso descubridor de la cabeza olmeca de Tres Zapotes (Taladoire, 2010). Fuzier comenta que el ingeniero Melgar se dedicaba a la búsqueda sistemática de antigüedades prehispánicas y, enterado de la existencia de la cabeza olmeca de Hueyapan, viajó a la zona de San Andrés Tuxtla en 1862. El manuscrito de Fuzier menciona explícitamente varias piezas de la colección Melgar que provienen de esa estancia: una figurilla burda de serpentina (dib. 384, folio 39), un yugo de piedra dura (dib. 385 y 386, folio 39), una piedra con dos caras estilizadas (dib. 360, folio 38), y posiblemente un hacha. Resalta la vasija zoomorfa (dib. 348, 349 y 350, folio 37; 522, 523, folio 53), que según Fuzier es de pórfido, con el cuerpo de un cisne (sic). Es importante observar que Fuzier añade que se encontraron dentro de la vasija una vértebra fósil, un fragmento de hueso (dib. 522 y 523, folio 53) y restos de sulfuro de mercurio (cinabrio) (fig. 1).
Aunque nada permite establecer una relación directa entre la cabeza colosal y los otros objetos, no podemos descartar la posibilidad de que Melgar haya encontrado y comprado en la región de Hueyapan varias piezas, posiblemente olmecas (Taladoire y Walsh, 2014).
Una figurilla del Museo de Turín
El otro objeto se encuentra en el Palazzo Madama de Turín (Italia), y fue donado por Zaverio Calpini en 1876 (Inv. Top. 735). Se trata de una figurilla masculina sedente en postura de flor de loto y con la cara olmeca típica, definida por Joralemon (1990: 7): “ojos en forma de almendra, nariz achatada ancha y boca con el labio superior sobresaliente y comisuras caídas”. Las orejas son rectangulares y perforadas, se distingue una posible deformación craneal y la representación incisa de una capa corta que posiblemente represente plumas. Tiene 8.2 cm de alto y 5.8 cm de largo.
Zaverio Calpini (1820-1905) nació en Vanzone (Verbania, Italia) y emigró tempranamente a México, donde abrió un negocio de materiales ópticos y de ingeniería. Su éxito profesional le permitió abrir sucursales, una de ellas en Guadalajara. Acomodado económicamente, coleccionaba antigüedades prehispánicas e hizo frecuentes viajes de México a Veracruz. Fue en una de estas ocasiones que conoció a Fuzier y le mostró varias de sus adquisiciones. Decidió regresar a Piamonte en 1867 y donó la mayoría de su colección al Museo Cívico di Torino y al Museo Galletti di Domodosolla. No se sabe en qué circunstancias la figurilla llegó al Palazzo Madama de Turín.
Entre sus dibujos, Fuzier incluye 11 piezas de la colección de Calpini, entre ellas dos orejeras, un tubo de hueso, un malacate, una taza en obsidiana, la cabeza de un ave, además de dos piezas olmecas. Estas últimas son una máscara de serpentina muy pulida y dura, con perforaciones para ser suspendida (dib. 41, folio 5) y una estatuilla de jade verde manchada de óxido de hierro, “que se parece a un chino” (dib. 51bis, folio 5). Fuzier precisa que tiene orificios para su suspensión. Esta última es la figurilla que se encuentra en el Palazzo Madama (fig. 2). No ha sido posible todavía localizar la máscara de serpentina, que pertenece posiblemente a una colección italiana.
Estos objetos poco conocidos hasta ahora, reflejan la alta calidad y la riqueza del arte olmeca fuera de México y proporcionan nuevos indicios iconográficos, como la posible capa de plumas. Su identificación confirma la necesidad de incluir piezas procedentes de colecciones públicas y privadas en los estudios iconográficos de esta cultura para su mejor comprensión (Gleason, 2011). Confirma también la necesidad de apoyarnos en el análisis de tales colecciones y el valor documental de los estudios que se hicieron a lo largo del siglo xix, que permiten conocer cierta procedencia de algunas piezas.
Henri Noel Bernard. Estudiante de doctorado en Université de Paris 1-Panthéon-Sorbonne.
Eric Taladoire. Doctor en arqueología. Profesor emérito de la Université de Paris 1-Panthéon-Sorbonne, Investigador del umr Arqueología de las Américas.
Noel Bernard, Henri, Eric Taladoire, “Historia de dos piezas de estilo olmeca en Europa”, Arqueología Mexicana núm. 132, pp. 74-75.
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