Francisco Estrada-Belli
En los últimos 15 años se han logrado contestar algunas de las interrogantes principales sobre Holmul: cuál era la extensión real de la ciudad, cuáles sus antecedentes en el Preclásico y sus relaciones externas en el Clásico. Por su parte, Cival fue una ciudad de entre 5 000 a 10 000 habitantes durante el Preclásico Tardío, y es una de las verdaderas ciudades perdidas de la selva maya.
Holmul fue una ciudad de tamaño mediano, situada en el este de Petén, durante el Clásico, sobre el curso medio del río Holmul, a unos 20 km al norte de Naranjo (antigua Sa’al), una ciudad mayor, y a unos 35 km al este de Tikal. Su localización favoreció el control de rutas que van desde el área central de Petén hacia el Caribe, así como de otras que van de norte a sur por el límite este de Petén.
Entre 1909 y 1911, Holmul fue objeto de una de las primeras expediciones en el área maya, dirigida por un arqueólogo profesional, el señor Raymond E. Merwin del Museo Peabody de la Universidad de Harvard. Lamentablemente, Merwin contrajo alguna enfermedad tropical (posiblemente mal de chagas) en Holmul que causó su muerte prematura, y nunca pudo terminar un informe detallado. Éste fue publicado póstumamente por su colega George Vaillant, en 1932. Gracias a esa obra fue posible apreciar los estupendos hallazgos hechos por Merwin en Holmul, entre los cuales figuran ajuares funerarios de gran riqueza. Entre ellos está el de un gobernante de 400 d.C. con objetos de cerámica de la más alta calidad encontrada hasta ahora en el área maya. Otros, aún más antiguos, corresponden al inicio de la decoración policroma en la cerámica del Preclásico Terminal. Merwin no encontró ningún monumento inscrito en Holmul y por ello el sitio no volvió a ser investigado por más de 90 años.
A raíz de estos antecedentes y con el propósito de investigar el Preclásico en Holmul, se inició una nueva investigación en 2000, con el apoyo de la Universidad de Boston, la National Geographic Society, y desde 2012, de la Fundación Pacunam de Guatemala.
En los últimos 15 años de investigaciones se logró contestar algunas de las interrogantes que persistían desde la expedición de Holmul, por ejemplo: cuál era la extensión real de la ciudad de Holmul, cuáles sus antecedentes en el Preclásico y sus relaciones externas en el Clásico, durante las guerras entre Tikal y el reino Kaanul.
Los primeros indicios de alfarería local en el área se remontan a 1000 a.C.; sin embargo, ya para 1400 a.C. los primeros habitantes habían reducido el manto forestal e introducido el cultivo del maíz. Durante el Preclásico Medio (800-400 a.C.) y Tardío (400 a.C.-200 d.C.) Holmul fue un centro ceremonial secundario, ligado al centro mayor de esta región, Cival. En el Preclásico Tardío se construyeron dos complejos mayores en Holmul, los grupos I y II. Las investigaciones en el Grupo II entre 2007 y 2012 revelaron no solamente una gran cantidad de cerámica temprana sino también los restos de las primeras pirámides del sitio. Éstas formaban parte de un conjunto triádico en el que la mayor estructura se encontraba en el lado norte de una plataforma abierta hacia el sur.
En el basamento piramidal se documentaron cuatro fases constructivas más antiguas. Su versión inicial, con una fecha por radiocarbono (AMS) de 350 a.C., se encontró totalmente preservada debajo del basamento de la segunda edificación. El acceso central al templo de seis cámaras estaba en el sur, sobre un basamento piramidal de seis metros de alto. Su terraza superior fue decorada con dos grandes figuras zoomorfas al lado de la escalinata. En ellas se representa el rostro de un anciano dentro de las fauces de un ser zoomorfo, posiblemente un jaguar o reptil. Por los motivos iconográficos se trata de un witz o cerro sagrado. Una calavera y dos fémures cruzados, grabados en cada lado del rostro, sugieren que se trata de la representación de un cerro relacionado con el mundo de los muertos. Debajo del rostro del anciano se ven los ojos, las cejas y la nariz de una serpiente emplumada que sustituye la mandíbula del ser zoomorfo. Estos elementos representan al dios del inframundo, el cual también es una manifestación del dios solar y que como ancestro (anciano) surge al mundo de los vivos desde la boca del monstruo (cerro) de la tierra. Ésta podría ser la representación más antigua encontrada hasta ahora de esa deidad, que fue conocida en épocas sucesivas como dios jaguar Sol del inframundo y posiblemente esté relacionada con la deidad Mam de los mayas contemporáneos del altiplano.
Durante el Clásico la población de Holmul creció a raíz del abandono de Cival, hasta llegar a cerca de 10 000 habitantes, la mayoría de los cuales vivieron en grupos residenciales dispersos en un radio de tres kilómetros alrededor de la plaza y en dos centros periféricos al este de Holmul: K’o y Hamontún. La arquitectura del Preclásico fue modificada para construir palacios sobre las acrópolis que anteriormente habían sido ocupadas por templos. Sin embargo, el Grupo II parece haber mantenido su función ritual durante el Clásico Temprano.
A unos metros al sur del Edificio B recién descrito se encuentra el Edificio A del Grupo II. Las excavaciones realizadas en 2013 revelaron la existencia de una subestructura intacta. La parte superior de este edificio fue decorada con figuras estucadas y motivos iconográficos en relieve. La composición es extraordinaria por su complejidad así como por su estado de conservación. En el centro de la composición se puede observar un personaje con tocado de plumas y joyas que lo identifican como gobernante del Clásico, sentado sobre la cabeza zoomorfa de un witz. De la boca del witz se extienden los cuerpos de dos serpientes emplumadas. Frente a las fauces abiertas de cada serpiente se observa un personaje con atuendo real también sentado sobre la cabeza de un witz. Entre ellos se encuentran dos figuras sentadas de perfil con rasgos del dios solar del inframundo. Cada una de ellas sostiene en la mano dos elementos jeroglíficos, que significan naah waah, primer tamal, a manera de ofrenda hacia la figura central. La composición hace referencia al mito de la resurrección de los reyes mayas, después de su muerte terrena, como dioses solares, y al sustento que le proporcionan estas deidades. Una banda celestial corre por toda la parte superior del relieve, indicando que la escena se sitúa en los cielos. Dos elementos iconográficos en las paredes laterales del edificio sugieren que éste funcionó como santuario funerario.
Finalmente, una breve inscripción dedicatoria en la base del relieve principal indica que el rey K’inich Tajal Tuun fue quien probablemente mandó hacer el monumento. Además, este texto proporciona los nombres de cinco antecesores dinásticos y deja ver las relaciones políticas, todo lo cual revela datos importantes sobre la historia de Holmul, específicamente en el siglo VI de la era cristiana. El dato posiblemente más sorprendente de esta inscripción es el glifo yajaw kaanul-ajaw, que indica que el gobernante de Holmul se identificaba a sí mismo como vasallo de los señores de Kaanul. Esto sorprende un poco debido a que Holmul pareciera ser un sitio de menor importancia para los intereses de un reinado tan lejano como Kaanul. Sin embargo, el texto también indica que el gobernante de Holmul, K’inich Tajal Tuun, fue hijo de una princesa de Naranjo y nieto del gran rey de esa ciudad, Aj-nuun-saj, el cual también, como sabemos por otras fuentes, fue vasallo de los reyes de Kaanul. Con toda probabilidad el templo en cuestión fue erigido para conmemorar la muerte y resurrección del padre de K’inich Tajal Tuun, cuyo nombre aparece en tres lugares distintos del friso. Su nombre es Tzahb Chan Yopaat, “el dios de la tormenta sacude el cielo”, y según la inscripción reinó durante cuatro décadas anteriores. Estos datos sugieren que los reyes de Kaanul se ocuparon en establecer su hegemonía sobre los reinos más cercanos a Tikal, y que finalmente alcanzaron la victoria sobre su rival más poderoso en el año 562.
Francisco Estrada-Belli. Doctor en arqueología por la Universidad de Boston. Docente en la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns, E.U.A. Desde 2000 dirige las investigaciones del Proyecto Arqueológico Holmul en Petén. En 2010 fundó la Maya Archaeological Initiative, organización que promueve la cultura maya en Guatemala.
Estrada-Belli, Francisco, “Holmul y la hegemonía del reino Kaanul en el este de Petén”, Arqueología Mexicana núm. 137, pp. 52-59.
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