La concepción del tiempo en la historia oral ralámuli
La concepción del tiempo en la ritualidad ralámuli
La vida ritual en el pueblo de Munérachi está regida por un ciclo agrícola dividido en tres estaciones: romó (frío), ku’wé (calor), ba’alá (lluvias). El Nolilúachi o Semana Santa marca el inicio del calendario agrícola.
En él se pide a Onolúame-Iyelúame por el buen tiempo y para que no falte la comida durante el año. Con la primera luna llena, después de Nolilúachi, inician los trabajos de siembra de maíz, frijol, papa y calabaza. Este tipo de trabajos conllevan celebraciones que se realizan en el awílachi (patios rituales de las casas), y como agradecimiento se da suwíki (tesgüino) a los asistentes.
Con el término de las siembras, el 24 de junio, día de San Juan, se prepara el yúmare, donde se pide por las lluvias y por la salud en general. El yúmare es un ritual de petición que obedece a un mandato divino inserto en una justificación que cumple la función de asegurar las lluvias para una buena cosecha y la salud de los integrantes de la población.
Además, permite el intercambio de dones por medio de la institución del kórima (sistema de dones) para la supervivencia alimenticia de las familias pertenecientes a las rancherías adscritas a un mismo pueblo. Este tipo de omáwali (fiestas) se realiza en el awílachi.
En el mes de julio, cuando las lluvias han sido constantes, se realiza el deshierbe, la recolección de quelites y hongos, además de que se lleva a cabo el nowíkoluame o fiesta del gusano, la cual consiste en pedir porque la cosecha no se vea afectada por las plagas.
En este sentido, las celebraciones corresponden a ceremonias de petición, en las que se pide por el bien de los cultivos y abundancia de la cosecha, por lo cual es necesario la lluvia y evitar las plagas.
Imagen: Celebraciones para los muertos. a) Restos materiales de entierros modernos, que representan la continuidad del tiempo en otro plano. b) Alimento para los muertos, ritual de nutéma (fiesta de los muertos) que reafirma la concepción cíclica del tiempo. c) Restos materiales en el awílachi tras la celebración de nutéma. Fotos: Edgar A. Moreno Pineda.
Edgar Adrián Moreno Pineda. Licenciado en arqueología por la ENAH y maestro en lingüística por la UniSon. Sus investigaciones se centran con el idioma tarahumara hablado en las rancherías del pueblo de Munérachi, Chihuahua. Es jefe del Departamento de Culturas Étnicas y Diversidad de la Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua.
Moreno Pineda, Edgar Adrián, “La concepción del tiempo en la cosmovisión del pueblo ralámuli”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 40-45.