El amanecer de la civilización olmeca
San Lorenzo es uno de los sitios más subestimados en Mesoamérica. Las razones que llevaron a no reconocerlo como gran capital prehispánica están envueltas en la nebulosa historia de la arqueología olmeca.
En 1936 una gran inundación arrasó con las viviendas que estaban situadas en la orilla del río Chiquito, el cual circunda la Isla de Tacamichapa, en el sur del estado de Veracruz. Las personas afectadas huyeron al cercano lomerío ubicado en el extremo norte de la Isla de San Lorenzo, conocido en ese entonces como la Loma de los Muertos por ser un lugar para enterramientos.
Ahí fincaron sus casas en un terreno a salvo de las inundaciones. El maestro de la escuela escogió el nombre de Tenochtitlán para el nuevo poblado porque tenía la esperanza de que llegara a ser tan importante como la capital mexica. No se le escapó el detalle de que ambos lugares se fundaron en islas.
Los habitantes de la aldea de Tenochtitlán fueron conociendo las esculturas de piedra en San Lorenzo cuando empezaron a aprovechar los terrenos para las tareas de subsistencia. También transitaban cazadores foráneos, entre ellos Juan del Alto, quien se dio cuenta de la importancia del lugar por las enormes cabezas de piedra que yacían semiocultas en las parcelas de cultivo.
Del Alto se lo comentó a Margarita Bravo, de Coatzacoalcos, quien trabajaba como traductora en La Venta con el arqueólogo Matthew Stirling y su esposa Marion. De esta manera los Stirling supieron del lugar y fueron los primeros arqueólogos en llegar a San Lorenzo. Ahí, con la ayuda de los pobladores, hallaron numerosas esculturas, entre ellas cinco cabezas colosales, en las temporadas de campo de 1945 y 1946.
Imagen: Marion y Mathew Stirling con Philip Drucker en el campamento de San Lorenzo. Foto: Cortesía de George Stuart / National Geographic Society. Y Margarita Bravo, amiga de los Stirling. Foto: Cortesía de Carlos Bravo.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “El amanecer de la civilización olmeca”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 10-15.