La noción de persona. La cosmovisión de los nahuas de la Sierra Negra de Puebla

Laura E. Romero

Las concepciones que los nahuas de la Sierra Negra de Puebla poseen sobre la persona reflejan la complejidad de su visión del mundo y la importancia de ésta para comprender el papel del ser humano en el cosmos. Las respuestas a la naturaleza humana las hallamos en la mitología, así como en la experiencia cotidiana de vivir en el mundo. Si bien es una criatura más, el ser humano se distingue por su naturaleza múltiple.

 

Los nahuas de Tlacotepec de Díaz, municipio poblano situado en los valles de la Sierra Negra, justo en los límites con Veracruz y Oaxaca, son herederos de una concepción del cuerpo y la persona determinada por la tradición religiosa mesoamericana. Las antiguas concepciones fueron reinterpretadas después del proceso de conquista y evangelización, lo que dio paso a la conformación de una nueva.

Dicha concepción es resultado de la reflexión conjunta de los miembros de una cultura, y es verdadera en tanto da cuenta de los hechos que se observan cotidianamente. Como parte de la cosmovisión tiene la función de explicar por qué y cómo suceden las cosas. Gracias a ella son comprendidas las funciones del cuerpo y de las almas, de cada una de las partes constitutivas de la persona. El papel del ser humano en el cosmos, su interacción con él, así como el sufrimiento, el dolor, la muerte y la enfermedad son consecuencia de su compleja conformación.

Como en muchas otras narrativas míticas de tradición mesoamericana, los nahuas de la Sierra Negra consideran que la creación de la actual humanidad fue un ejercicio de ensayo y error, a partir del cual el ser humano adquirió su actual conformación, así como los elementos que lo definen como un “verdadero” ser humano.

 

De cómo fue creada la verdadera humanidad

 

Cuentan los abuelos que antes el mundo estaba habitado por cierta clase de seres, en apariencia similares a los humanos: losxantilmeh. Ellos poblaban un mundo oscuro y húmedo, un mundo indiferenciado en el que no había día ni noche. Los xantilmeh hablaban el mismo lenguaje que los animales, las plantas, los tenamaztles (las tres piedras del fogón), los petates y los metates. Además, eran antropófagos e incestuosos, pues se casaban entre hermanos, entre padres e hijos, y en día de fiesta preparaban tamales con los niños recién nacidos.

A diferencia de los actuales pobladores, los xantilmeh se alimentaban de xolochi, fruto de la palmera conocida regionalmente como tepejilote, la cual crece en el monte, y sus alimentos eran crudos y sin sal. Acostumbrados a vivir en lugares agrestes, rodeados por la vegetación y la abundancia, no cultivaban la tierra. En parte porque cada vez que ésta era penetrada por la coa, sus lamentos y gritos tornaban imposible la labranza, sangraba y se quejaba lastimeramente.

 

Romero, Laura E., “La noción de persona. La cosmovisión de los nahuas de la Sierra Negra de Puebla”, Arqueología Mexicana núm. 91, pp. 62-66.

 

Laura E. Romero. Maestra en estudios mesoamericanos por la Unam. Estudiante del doctorado en antropología en la UNAM. Profesora de la ENAH y del Colegio de Antropología de la BUAP. Premio Fray Bernardino de Sahagún en 2005 y 2007.

 

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar: http://raices.com.mx/tienda/revistas-la-religion-mexica-AM091