El valor cultural de la partería tradicional
En esta práctica, de origen ancestral, se han conservado saberes que forman sistemas integrales de atención a las mujeres embarazadas; sistemas que abarcan conocimientos sobre el efecto terapéutico de plantas y otros recursos naturales, además de técnicas corporales para el buen desarrollo del embarazo, parto y posparto. También incorporan actos rituales que fortalecen la eficacia terapéutica y la interrelación entre la partera y la embarazada, quienes comparten la misma lengua y otros elementos de su universo cultural. El uso del rebozo para ayudar a la buena colocación del feto, el respeto a la posición corporal que la mujer quiera adoptar para el parto y el baño en temazcal para la recuperación de la matriz, son algunos de los múltiples ejemplos que hay de las prácticas terapéuticas utilizadas en dichos sistemas integrales.
La partería tradicional se lleva a efecto en el ámbito doméstico y permite la participación del núcleo familiar, con lo cual se fortalece la reproducción de la vida comunitaria, la configuración de un ser colectivo y el arraigo a la tierra natal. La labor de las parteras es insustituible ya que, con la presencia o no de servicios hospitalarios, ellas brindan una atención que trasciende la salud del cuerpo individual, alimentando la existencia del cuerpo colectivo.
Imagen: La partería se transmite en comunidad. Charla de la Nana Elodia, partera tradicional de Cuanajo, Michoacán. Encuentro en Xochimilco, Ciudad de México. Foto: Proyecto “Prácticas Curativas y Necesidades de Salud” / UACM.
Amparo Sevilla. Maestra en antropología social por la ENAH. Investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH. Autora de libros, ensayos, fonogramas y documentales sobre danzas y bailes tradicionales, identidades urbanas, movimiento urbano popular y patrimonio cultural inmaterial.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sevilla, Amparo, “La partería tradicional. Saberes y prácticas en riesgo”, Arqueología Mexicana, núm. 171, pp. 63-65.
