La Tumba Triple de Yagul

Nelly M. Robles García

La Tumba Triple de Yagul es una estructura funeraria que marca un estilo arquitectónico nuevo en relación con otras tumbas del mismo sitio y del valle de Oaxaca. La tumba representa una novedad arquitectónica, ya que muestra una asociación de tres cámaras (tumba 29, tumba 3 y tumba 30) dentro del mismo recinto funerario.

 

Yagul, ciudad prehispánica ubicada al este de la ciudad de Oaxaca –aproximadamente a 25 km sobre la carretera panamericana, hoy autopista Oaxaca-Mitla–, es una zona arqueológica cuyo auge ocurrió entre 900 y 1200 d.C., después de la caída de Monte Albán, aunque el asentamiento original tuvo lugar desde el Preclásico o época Monte Albán I.

El nombre de Yagul (árbol viejo) le fue adjudicado por Ignacio Bernal durante los trabajos arqueológicos realizados entre 1950 y 1960, época de la apertura al público de la Acrópolis o zona monumental.

En Yagul destaca la presencia de arquitectura funeraria; una parte puede apreciarse gracias a los trabajos de los arqueólogos, y otra se adivina debajo de los pisos de los palacios y algunos de sus magníficos templos.

La Tumba Triple de Yagul es una estructura funeraria que marca un estilo arquitectónico nuevo en relación con otras tumbas del mismo sitio y del valle de Oaxaca. Se trata de un recinto con tres tumbas reportadas por Charles R. Wicke (1966), y que John Paddock encontró y numeró como tumba 30, tumba 3 y tumba 29. Este recinto fue excavado  en 1960 por estudiantes del Mexico City College, y corresponde a la última ocupación de Yagul, en la época Monte Albán V (1000-1521 d.C.). Se encuentra al centro del patio 4, en el sector sur de la Acrópolis, al este del juego de pelota; este patio o plaza está delimitado por cuatro montículos y tiene un altar cuadrangular al centro. Al pie del montículo este se encuentra una escultura en piedra que representa una gran rana, probablemente relacionada con el culto a las deidades del agua o que señala los espacios asociados a un linaje.

Las tumbas del Clásico en Monte Albán son indicadores de estatus; por medio de la complejidad y el refinamiento de su arquitectura, la fastuosidad de sus ofrendas y los rastros en los huesos que denotan el estado de salud de los individuos depositados, ha sido posible discernir la posición social de los personajes enterrados. De las épocas Monte Albán IIIA y IIIB-IV, que corresponden al Clásico, se han explorado diversas tumbas que han dado una clara idea de los estilos y las tendencias en la arquitectura funeraria de Oaxaca.

El recinto funerario o Tumba Triple de Yagul remite a un estilo arquitectónico que se inició de manera temprana en Monte Albán, donde se desarrollaron tumbas con planta cruciforme o cámaras asociadas.

La tumba representa una novedad arquitectónica, ya que muestra una asociación de tres cámaras (tumba 29, tumba 3 y tumba 30) dentro del mismo recinto funerario; su construcción fue planeada a partir de un gran cubo horizontal en el que se colocaron las tres tumbas, cuyas entradas convergen en el cubo común de acceso.

 

La tumba 30

La excavación de la tumba 30 mostró que había sido saqueada probablemente en tiempos coloniales. Paddock encontró un depósito desordenado de huesos humanos sin aparente asociación anatómica, entre los que destacaban nueve cráneos y una gran cantidad de huesos largos; atribuyó a los saqueadores el desorden en que se encontraron los restos humanos, ya que seguramente lo extraído se redujo a las vasijas policromas que, de acuerdo con los restos que se recuperaron, habrían integrado, entre otros objetos, las ofrendas de estas tumbas.

Luego de un estudio detallado de la arquitectura, Paddock e Ignacio Bernal determinaron que, estilísticamente, la tumba era mixteca, e incluso encontraron similitudes entre ella y las tumbas 1 y 2 de Zaachila, en el sector occidental del valle de Oaxaca.

En la fachada de la tumba 30 destaca la profusa ornamentación con un tablero central horizontal que enmarca los dos paneles de grecas talladas en secciones de grandes piedras cuadrangulares. En las dos piedras que sirven como jambas de la entrada se colocaron dos pequeñas cabezas humanas o “clavos”. La antecámara, en este caso, se convirtió en el espacio principal, ya que forma los “brazos” de la cruz; en este lugar se encontró abandonada la lápida que servía de puerta y que en sí misma es una obra de arte del tallado de grecas en piedra.

En la fachada de la tumba 30 se plasmaron diversas modalidades del motivo mesoamericano del xicalcoliuhqui o greca escalonada, el cual se presenta en diferentes sitios lo mismo como adornos de la arquitectura que en distintos objetos desde el Clásico Temprano.

John Paddock e Ignacio Bernal sostuvieron vehementemente la afiliación “mixteca” de esta tumba por las grecas en la ornamentación arquitectónica, por la presencia de cerámicas policromas y por su similitud con las tumbas de Zaachila. Sin embargo, el estilo y el uso de la piedra tallada de gran formato nos remite cada vez con mayor énfasis hacia una tradición arquitectónica que se inició en el valle de Tlacolula en el Posclásico Temprano; se manifiesta claramente en Yagul, en la calle decorada con grecas, y se consolida en Mitla, llamada la “ciudad de los muertos”, en el Posclásico Tardío, tanto en las tumbas 1 y 2 como en las fachadas espectaculares de sus famosos palacios.

 

Nelly M. Robles García. Arqueóloga por la ENAH. Maestra en restauración de arquitectura prehispánica por la ENCRYM-INAH. Doctora en antropología por la Universidad de Georgia, Estados Unidos. Se dedica a la arqueología y restauración de arquitectura prehispánica de Oaxaca. Se especializa en la conservación del patrimonio arqueológico a nivel nacional e internacional.

 

 

Robles García, Nelly M., “La Tumba Triple de Yagul”, Arqueología Mexicana núm. 132, pp. 42-45.

 

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