Víctor Joel Santos Ramírez
Las Labradas es un sitio de grabados rupestres localizado en una playa del sur del estado de Sinaloa, con más de 700 figuras grabadas en rocas basálticas en donde convergen el mar, un entorno singular y una antigua cosmovisión prehispánica. Las Labradas fue un sitio consagrado al solsticio de verano posiblemente desde la época arcaica hasta los periodos prehispánicos, y de ser así, es el santuario rupestre más antiguo del continente americano.
La zona arqueológica Las Labradas se localiza en la costa del océano Pacífico, en el ejido La Chicayota, municipio de San Ignacio, en el sur del estado de Sinaloa. Se trata de una extensión de playa y rocas basálticas bordeada por una vegetación impenetrable de arbustos de mangle, la cual forma parte del área natural protegida conocida como la Meseta de Cacaxtla, conformada por diversos ecosistemas de alta biodiversidad con especies vegetales y animales endémicos. Desde 2009 el Instituto Nacional de Antropología e Historia lleva a cabo un proyecto permanente de investigación que ha logrado importantes descubrimientos relacionados con los grabados rupestres y las culturas que se asentaron en la región durante la época prehispánica. Gracias a esas investigaciones ha sido posible llevar a cabo la protección y conservación del sitio. Hoy en día, Las Labradas es la primera zona arqueológica abierta al público en Sinaloa, fue decretada zona de monumentos arqueológicos el 30 de noviembre de 2012, y poco después ingresó a la lista indicativa de la UNESCO, donde está siendo promovida por el gobierno mexicano para convertirse en patrimonio de la humanidad.
Los grabados rupestres
En los cerca de 700 grabados rupestres de Las Labradas se representan figuras geométricas, antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas. Los grabados se localizan en la superficie de las rocas ya sea como figuras individuales y como paneles (de dos o más figuras); se encuentran distribuidos sin un patrón definido, aunque algunos se concentran en grupos o conjuntos y otros se hallan aislados, pero tal distribución más bien obedece a las características físicas del mismo agrupamiento. Las técnicas de manufactura incluyen la abrasión y la percusión, y son frecuentes las representaciones en bajo y alto relieve, así como la simple remoción de la capa superficial de las rocas.
Las rocas que conforman el agrupamiento son de diversas dimensiones, se caracterizan por su superficie lisa y pulida, redondeada por el mar, de color oscuro y opaco, con varias tonalidades de grises durante el día. A lo largo del agrupamiento, asociadas a las rocas se hallan grandes cantidades de cantos rodados, producto de un evento geológico que ocurrió hace miles de años. Hay por lo menos nueve grabados rupestres, de los más de 600 existentes en el sitio, con alguna correspondencia espacial y en algunos casos numérica relacionada con los cuatro puntos cardinales; los elementos solares representados en los grabados rupestres y la cercanía con la línea imaginaria del Trópico de Cáncer sugieren una estrecha relación del sitio con el solsticio de verano.
Las Labradas y el Trópico de Cáncer
En Las Labradas, durante la puesta de sol entre los días 20 y 23 de junio, cuando ocurre el solsticio de verano, es posible observar en el horizonte, durante el ocaso, el punto de detención máximo que el sol alcanza en su recorrido o ciclo anual de norte a sur, ello debido a que el sitio se localiza en el Trópico de Cáncer. En esas fechas, el movimiento aparente del sol parece detenerse, son los días más largos del año. La luz y el calor han llegado a su máximo nivel, consumiendo la vida vegetal y animal; el solsticio anuncia el comienzo de la temporada de lluvias en esa región tropical, el inicio del periodo de fertilidad y de regeneración de la vida. A partir de entonces el sol empieza su regreso (en su movimiento aparente) en un ciclo anual hacia el sur, hasta llegar a su límite meridional en el Trópico de Capricornio (alrededor del 21 de diciembre), en el solsticio de invierno.
En Las Labradas parece representarse de forma simbólica la celebración del solsticio de verano; los elementos solares alusivos en las figuras geométricas y en la mayoría de personajes humanos en los grabados rupestres sugieren la presencia de una antigua cosmovisión prehispánica, una forma particular de explicar el universo, en la cual las cosas y los seres representan formas o manifestaciones fenoménicas del sol; así, en la mayoría de grabados rupestres el astro aparece en su aspecto espacial y geométrico como centro, origen y lugar de convergencia; en su aspecto natural, como luz, fuego, calor, movimiento ondulatorio, y en su aspecto metafísico, como objeto de contemplación, culto, adoración, exaltación y transformación.
Víctor Joel Santos Ramírez. Arqueólogo por la ENAH y maestro en arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Investigador del Centro INAH Sinaloa, y desde 2009 director del Proyecto Arqueológico Las Labradas.
Santos Ramírez, Víctor Joel, “Las Labradas, Sinaloa”, Arqueología Mexicana número 147, pp. 40-46.
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