Viendo lo invisible
Existen diferentes tipos de barrenos para recolectar suelos, cada uno con sus ventajas y desventajas. El que se utilizó en San Lorenzo consiste en un tubo cilíndrico, generalmente de 20 cm de largo y 10 cm de diámetro, con dos cuchillas opuestas en el extremo distal.
El barreno entra en el suelo con un movimiento helicoidal, que obliga al sedimento a entrar a la cubeta por el espacio que existe entre las cuchillas. La muestra se extrae por partes. Los núcleos de suelo obtenidos no sufren compactación y muestran una mínima distorsión, por lo que sirven para el estudio estratigráfico.
Cabe mencionar que algunas personas creen que las pruebas con barreno destruyen los vestigios más que las excavaciones arqueológicas normales. Hemos comprobado en San Lorenzo que causan pocas afectaciones negativas al sitio arqueológico.
En total se practicaron 2 602 pruebas en San Lorenzo, cada una de las cuales cubrió un área en superficie de 0.007854 m cuadrados. El total de pruebas afectaron solamente 20 m cuadrados del sitio, equivalente a dos calas tradicionales, que miden 5 por 2 m.
Esta cifra representa una porción mínima, sólo el 0.00029% de la extensión de la zona arqueológica. Es indiscutible que la información que arrojaron las 2 602 pruebas rebasa por mucho la información que proporcionan las calas y crea menos afectación al sitio.
Imagen: En esta cala de excavación tradicional se observa la huella nítida de una prueba de barreno en la pared, evidencia de la poca afectación que causa. Registro de los sedimentos y pisos en una perforación. Foto: Ann Cyphers.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “Viendo lo invisible”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 34-37.