Los animales en la adivinación

Manuel A. Hermann Lejarazu

Entre las diversas prácticas rituales que se llevaban a cabo en Mesoamérica, la relacionada con la adivinación es, sin duda, una de las mejor conocidas gracias a las fuentes históricas y a la profunda continuidad cultural que hoy en día perdura entre las comunidades indígenas.

Desde luego, en los códices adivinatorios que sobrevivieron a la conquista es posible percatarse de las diferentes secciones que componen estos manuscritos, así como de los diversos usos que pudieran haber tenido en la vida cotidiana.

En las primeras páginas del Códice Fejérváry-Mayer se observa una sección dedicada a los llamados “nueve señores de la noche”, en la que los primeros nueve días del calendario ritual (del día lagarto al día agua) van acompañados de nueve deidades que están relacionadas con los rumbos del universo, como se muestra en la página 1 de este mismo códice.

El significado y revaloración del apelativo “señores de la noche” requiere de un estudio aparte que no retomaremos aquí, sólo basta con decir que la estrecha relación que tienen estos dioses con el tonalpohualli o “cuenta adivinatoria” es de especial interés para comprender cabalmente los aspectos mánticos de un día en particular y su influencia a lo largo del tiempo.

Mencionaremos aquí, como ejemplo, la página 4 del Códice Fejérváry-Mayer, en la que el dios de la lluvia se encuentra de pie sobre un gran animal blanco sumergido en un espacio acuático en donde se aprecian también pequeñas vírgulas blancas sobre la superficie.

Imagen: Dios de la lluvia sobre un animal marino, acompañado del día agua. Códice Fejérváry-Mayer, p. 4. Foto: National Museums Liverpool.

Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Hermann Lejarazu, Manuel A., “Los animales en la adivinación”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 80-81.