Guillermo Bernal Romero
Al final de su largo reinado (ca. 673 d.C.), el gobernante palencano K’inich Janahb’ Pakal mandó registrar una extensa narrativa en los tableros del Templo de las Inscripciones de Palenque, Chiapas; los diez primeros pasajes de esta narrativa mencionan las entronizaciones y celebraciones de final de k’atun de sus antecesores y de él mismo. De acuerdo con las creencias mayas, los ciclos “katúnicos” (7 200 días) estaban regidos por deidades que podían ejercer influencias benefactoras o nefastas sobre la humanidad.
El pasaje 10 de los tableros del Templo de las Inscripcionesrefiere que el final de k’atun 9.12.0.0.0, 10 ajaw, 8 yaxk’in (28 de junio de 672 d.C.) marcó el dominio del dios Ich Cham Ajaw, “Señor del Rostro de la Muerte”, quien provocó hambrunas (“se secaron los árboles frutales”), mortandad generalizada y guerras. Señala que B’olon Chan, la familia real de Palenque, fue humillada. Aunque se realizaron las ofrendas y dedicación de incensarios de los dioses patrones del señorío, GI, Unen-K’awiil (GII) y GIII, habituales en cada final de k’atun, esta vez también hubo cultos consagrados al dios la muerte. Un episodio refiere que Pakal “satisface la voluntad del dios del 10 ajaw, 8 yaxk’in, el asiento o inicio del tuun [….]” Para reafirmar esta piadosa actitud hacia el dios de la muerte, el texto reitera: “él [Pakal] satisfizo tu voluntad”, hablando en segunda persona del singular (“de tú”) a la deidad. La inscripción no refiere de qué manera fue complacido el dios, pero es posible que haya sido conmovido por medio de un sacrificio humano. Estas ceremonias propiciaron un retorno a las condiciones de bienestar y poderío del señorío.
Instrucciones para el futuro gobernante del k’atun 8 ajaw (692 d.C.)
El pasaje 11 no relata un suceso; ya que se ubica en el futuro, se trata más bien de una previsión de acciones rituales que debería realizar el jerarca palencano que llegase a regir en el final de k’atun 9.13.0.0.0 8, ajaw 8, wo (15 de marzo de 692 d.C.). De manera textual, esta disposición fue dirigida “al Gobernante [que sea] el Incensador en Matwiil, en B’aakal [Palenque]”. El texto dice que en esa fecha k’atúnica el futuro gobernante “deberá satisfacer otra vez tu voluntad”. Es evidente que se refiere “a la voluntad del dios del 10 ajaw, 8 yaxk’in”, mencionado en el pasaje anterior (el número 10); es decir, se trata del dios Ich Cham Ajaw, “Señor del Rostro de la Muerte”, quien habría de recibir otra dádiva. El texto termina con la expresión “habrá de darse tu [¿]” Lamentablemente, el glifo que alude a la dádiva no está descifrado.
Tal como se aprecia, K’inich Janahb’ Pakal dejó en la incertidumbre el nombre del dignatario que, en el año 692 d.C., habría de rendir veneración al dios de la muerte. Cuando se estaba escribiendo el texto, Pakal rondaba los 70 años y no guardaba ya ninguna esperanza de cumplir ese cometido. Desde luego, K’inich Kan B’ahlam, su primogénito y virtual sucesor, tenía amplias posibilidades de ser el k’uhul ajaw que celebrara el k’atun 8 ajaw (tal como sucedió). De hecho, en ese final de k’atun mandó erigir un monumento en honor del dios Akan, un aspecto del dios de la muerte. Quizá de esta manera cumplió con la disposición de su padre.
Bernal Romero, Guillermo, “Los escenarios del porvenir. Cómputos y textos futuristas en palenque”, Arqueología Mexicana núm. 103, pp. 45-48.
• Guillermo Bernal Romero. Epigrafista, con estudios en las licenciaturas en historia (FFYL, UNAM) y arqueología (ENAH). Candidato a doctor en estudios mesoamericanos. Investigador del Centro de Estudios Mayas (IIF, UNAM).
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