Los restos fósiles en el imaginario

Eduardo Corona-M.

Los restos fósiles en los imaginarios antiguos

El término fósil, antes del siglo XIX, se refería a todo material que estuviese enterrado, sin distinguir su carácter orgánico o no, por lo que se incluían elementos minerales y rocas, así como restos de organismos. Su valor más importante era estético y se le asociaba a leyendas, mitos e imaginarios culturales, o bien fueron objetos decorativos. En localidades atribuidas a humanos neandertales de Francia e Italia se hallaron pendientes elaborados con dientes de tiburón, los que seguramente tuvieron tanto valor estético como simbólico. Se debe resaltar que los humanos somos de los pocos organismos que adornamos el cuerpo y decoramos el ambiente, y que buscan materiales para tal fin, y los fósiles resultaron importantes para ello.

Por su parte, se ha documentado que entre los griegos, los romanos y diversas culturas mediterráneas varios de los mitos que trataban de grifos, dragones y gigantes, en realidad estaban asociados con restos de megavertebrados extintos, como dinosaurios o mamuts. Lo cierto es que estos organismos influyeron en tradiciones culturales diversas y dieron pauta para que se reconociera la existencia de algunos pasados más antiguos, y que las piezas se adoptaran como amuletos, o que a ciertas rocas o formaciones se les encontrara parecido con plantas o animales, como producto de una “fuerza plástica” propia de la tierra, o un “capricho de la naturaleza”, que los hacía estéticamente relevantes como para coleccionarlos.

Imagen: Excavación de una ballena en Punta Maldonado, Guerrero. Foto: Eduardo Corona-M.

Eduardo Corona-M. Doctor en paleontología por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Profesor investigador del Centro INAH Morelos e integrante del SNI-Conacyt. Sus principales proyectos y publicaciones se relacionan con las interacciones humano- fauna en el Cuaternario y en particular con la domesticación animal en Mesoamérica.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Corona-M., Eduardo, “Los fósiles como patrimonio natural y cultural”, Arqueología Mexicana, núm. 170, pp. 30-33.