Onorúame, el gran benefactor de los rarámuri

Carlos Arturo Hernández Dávila

Onurúame contra el Diablo: viejas rencillas fraternas

Los antropólogos que han trabajado en esta sierra y sus barrancas nos han ayudado a entender que el sistema religioso local reconoce a la figura de Onorúame como el gran benefactor de los rarámuri. Onurúame carece de figura material, pero en los discursos rituales (nawésari) se le describe como “el que es padre/madre”, “quien nos pastorea”, y quien espera que sus hijos e hijas rarámuri bailen con alegría.

Onurúame es el hermano menor del Diablo quien, en un descuido, abusó de la esposa de su hermano, acción que desató entre ambos una batalla de tintes cósmicos. Inicialmente, este conflicto se resolvió en favor del primero, quien sepultó al Diablo bajo tierra.

Éste, sin embargo, sigue afanándose en dividir, distraer, enfermar a los rarámuri. Cuando los jesuitas comprendieron el núcleo de esta “violencia mítica originaria” trataron de insertar en ella los rituales de la Semana Santa como su reactualización en clave cristiana.

El éxito fue casi inmediato: las crónicas de los misioneros de los siglos XVII y XVIII nos informan que la Semana Santa era la fiesta más espectacular entre los tarahumaras, si bien con notables diferencias entre las zonas más y menos evangelizadas.

Imagen: Semana Santa en la Sierra Tarahumara: Judas. Foto: Carlos Hernández Dávila.

Carlos Arturo Hernández Dávila. Etnólogo, maestro y doctor en antropología social por la ENAH. Su línea de investigación es el cristianismo indígena. Es profesor en la ENAH y en la Universidad Iberoamericana- Ciudad de México.

Hernández Dávila, Carlos Arturo, “La victoria de los hijos de Onurúame”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 64-69.