El papel de los tlaxcaltecas en la conquista
La Conquista de Tenochtitlan
Una vez forjada la alianza, españoles y tlaxcaltecas planearon la estrategia de conquista. Acordaron ofrecer consecutivamente a otras ciudades-Estado una oportunidad de sujetarse al rey español y a la cristiandad voluntariamente, sin causar ningún daño; en caso de una respuesta negativa, atacarían sin piedad y aplicarían crueles castigos como escarmiento. El objetivo final: la derrota de Tenochtitlan.
Después se creó un ejército hispano-tlaxcalteca (los tlaxcaltecas superaban por mucho a los españoles: las fuentes mencionan desde unos cuantos cientos hasta cerca de 1 200 españoles y de 8 000 a 10 000 tlaxcaltecas) que pronto empezó sus primeras conquistas en conjunto. Cortés parecía feliz con sus nuevos aliados. En una carta al rey los describe como leales amigos, bien preparados, y “querían ir conmigo a ayudarme en todo lo que se ofreciese”. En otra parte escribe que “los capitanes de Taxcaltecal, con toda su gente, bien lucida y muy armada […], venían tan alegres y bien ordenados que no podía ser mejor”. Otros ejércitos indígenas se les unieron en el camino.
Después de fracasar el primer intento por someter a Tenochtitlan (que terminó con la muerte de más de la mitad de los conquistadores españoles y tlaxcaltecas en lo que ahora se conoce como la Noche Triste), Tlaxcala representó un refugio salvador para los sobrevivientes, que regresaron, se recobraron y reclutaron nuevos soldados. El fraile español Motolinía escribiría más tarde acerca de esa retirada: “los conquistadores dicen […] que de no haber sido por ellos [los tlaxcaltecas], ellos [los españoles] habrían muerto todos”. Gracias a los tlaxcaltecas, seis meses después el ejército de Cortés marchaba de nuevo.
Esta vez participaron incluso más tlaxcaltecas (las fuentes mencionan de 16 000 a más de 25 000). Uno de ellos salvaría más tarde la vida de Cortés en un batalla cerca de Xochimilco. Cortés escribió que habiendo perdido su caballo y hallándose a pie rodeado por un número creciente de enemigos, “un indio de los de Tascaltecal, come me vió en necesidad, llegóse a me ayudar, y él y un mozo mío que luego llegó levantamos el caballo”. Cuando él y su ejército volvieron a presentarse a las puertas de Tenochtitlan, llevaba consigo entre 150 000 y 200 000 aliados indígenas. En agosto de 1521 triunfaron. Tenochtitlan cayó finalmente.
Florine Asselbergs. Recibió su doctorado cum laude por la Universidad de Leiden, Países Bajos, en 2004. Se especializa en el desciframiento de manuscritos pictóricos nahuas, y en la conquista española de México y Guatemala enfocada desde la perspectiva nahua. Trabaja como diplomática e investigadora independiente en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
Asselbergs, Florine, “El papel de los tlaxcaltecas en la conquista”, Arqueología Mexicana, núm. 139, pp. 60-65.
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