Tras varios años de estudio, que incluyeron limpieza, restauración, medición y comparación de las piezas, entre otros análisis, se llegó a la conclusión de que los restos correspondían a un solo individuo y que se trataba de una especie nueva de hadrosaurio. Al momento de asignarle un nuevo nombre, los investigadores a cargo optaron por hacer referencia a la particular forma de la cresta, que semeja a una vírgula (símbolo que representa la acción de comunicar para los pueblos mesoamericanos). Así, Tlatolophus está compuesto por la voz nahua tlahtolli (palabra) y la voz del griego lophus (cresta). Por otro lado, galorum es un homenaje a las personas de la comunidad involucradas en el descubrimiento e interesadas en salvaguardar los restos: ga en honor de Jesús Garza Arocha y lorum, en honor de la familia López.
Imagen: Reconstrucción de dos individuos de Tlatolophus galorum, una especie nueva de hadrosaurios localizada en Coahuila. Ilustración: Luis Rey.
Gloria Tapia-Ramírez. Bióloga egresada del IPN, doctorante en El Colegio de la Frontera Sur en Chiapas. Interesada en los fósiles, los mamíferos recientes, con especial énfasis en los roedores, y en escribir sobre éstos.
Felisa J. Aguilar Arellano. Bióloga y maestra en ciencias biológicas por la UNAM. Profesora-investigadora del Centro INAH Coahuila. Presidenta del Consejo de Paleontología del INAH y responsable académica de la zona paleontológica de Rincón Colorado, General Cepeda, Coahuila.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Tapia-Ramírez, Gloria y Felisa J. Aguilar Arellano, “El dinosaurio mexicano platicador. Un nuevo hallazgo”, Arqueología Mexicana, núm. 170, pp. 44-47.