Una revolución en la plástica arqueológica

Leonardo López Luján

Tiempo de exploradores

Para el siglo XVIII sobreviene una revolución en la plástica de tema arqueológico con la proliferación tanto de las expediciones científicas por los territorios novohispano y guatemalteco, como la del uso de la calcografía, técnica de grabado que, con su poder de multiplicación de la imagen, permitió difundir los nuevos conocimientos a un número mucho mayor de personas. En aquella época, algunos viajeros y anticuarios se aventuraban a elaborar sus propios dibujos, pese a que carecieran de la más mínima destreza. Otros, conscientes de sus limitaciones, contrataron a artistas de renombre, primero a los formados en el tradicional sistema de gremios y adscritos laboralmente a talleres de impresión, y más tarde a los egresados de la naciente Academia de San Carlos. Algunos de estos profesionales “embellecían” los bocetos de los expedicionarios redibujándolos o, tomándolos como base, abrían láminas de cobre para imprimir estampas. Otros realizaban muy acuciosos dibujos in situ, directamente del original y bajo la supervisión de los mecenas.

Por lo regular, estas ilustraciones siguen convenciones tomadas de las ciencias naturales y la ingeniería. Cada lámina, enmarcada por una fina línea negra, puede contener una o varias figuras, todas las cuales son debidamente numeradas y referidas en los escritos. Para captar una realidad en tercera dimensión se usan diversos puntos de vista (plantas, alzados, perfiles, cortes), aunque también se practican la perspectiva, el isométrico y la vista en tres cuartos. Los motivos se acompañan comúnmente de escalas gráficas, rosas de los vientos y signos que los asocian con textos explicativos. Los temas representados van desde sitios arqueológicos enteros hasta diminutos artefactos atesorados en gabinetes públicos o privados, pasando por edificios, relieves parietales y monolitos.

Imagen: Xochicalco. Dibujos en tinta y aguada de Alzate (1777). Tozzer Library, Harvard University, Cambridge, Massachusetts. a) Alzado y perspectiva del Edificio de las Serpientes Emplumadas. Fotos: Tozzer Library, Harvard University. b) Folio correspondiente a la Provincia de Taxco en la Matrícula de Tributos (Lorenzana, 1770), que sirvió a Alzate como fuente iconográfica. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Leonardo López Luján. Doctor en arqueología por la Universidad de París Nanterre y director del Proyecto Templo Mayor del INAH. Miembro de El Colegio Nacional.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

López Luján, Leonardo, “Periodo colonial. Nueva España y Guatemala (1521-1821)”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 99, pp. 30-77.