José Luis Martínez Hernández
El italiano Lorenzo Boturini Benaduci arribó a Nueva España en 1736, movido por los dos poderes que dominaban al hombre ilustrado del siglo XVIII: la devoción celestial y los negocios terrenales. Por un lado, se sentía atraído por los prodigiosos poderes de la Virgen de Guadalupe; por otro, vino a cobrar las rentas de la condesa de Santibáñez. Entre 1737 y 1743 -año en que fue encarcelado y luego expulsado de estas tierras-, Boturini integró su famoso Museo Histórico Indiano, el cual contenía una gran cantidad de códices y manuscritos en lenguas indígenas, mapas, crónicas e historias sobre el México prehispánico y colonial. La Colección Boturini sufrió desde entonces extraños y complejos avatares: escondida, saqueada, cambiada de sitio innumerables veces. He aquí la saga de esta inapreciable colección.
La colección que Lorenzo Boturini Benaduci integró durante su estancia en la Nueva España fue, junto con la biblioteca formada por Carlos de Sigüenza y Góngora, la más rica de la época colonial. Borurini, quiennació en la Villa de Sondrio, en el Milanesado, a principios del siglo XVIII, arribó a la ciudad de México en marzo de 1736. El año anterior, en Zaragoza. España, conoció al canónigo Joaquín Codallos, quien le informó de los poderes taumatúrgicos de la Virgen de Guadalupe. Asimismo, entró en contacto con la condesa de Santibáñez, quien lo comisionó para cobrar las rentas de su encomienda en Nueva España. Estos dos hechos fueron decisivos para que Boturini, hombre ilustrado y devoto, decidiera embarcarse a las Indias.
Formación del Museo Histórico Indiano
La historia de esta colección -llena de vicisitudes-empezó alrededor de 1737, un año después de su llegada a Nueva España, cuando Boturini comenzó a integrar lo que denominaría su Museo Histórico Indiano, con códices y manuscritos en lenguas indígenas, copias de ellos, mapas, crónicas e historias sobre el México prehispánico, la conquista y la Colonia, así como sobre la tradición guadalupana; todos estos documentos los compiló durante sus pesquisas por los archivos y los pueblos del virreinato. Boturini tuvo acceso a lo que restaba de las colecciones que había formado don Carlos de Sigüenza y Góngora, conservadas en la Biblioteca del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo. De ellas copió numerosos documentos (o tomó algunos de ellos).
Su deseo vehemente de coronar a la Virgen de Guadalupe, solicitando fondos para financiar la corona, y la falta de permiso para viajar a las Indias, por considerársele extranjero, fueron causa suficiente para que el nuevo virrey, el conde de Fuenclara, ordenara una investigación que conduciría a su encarcelamiento, en febrero de 1743, a que se le requisara su Museo Histórico Indiano y a su posterior expulsión a España.
Ya en España, dedicó gran parte de su tiempo a la búsqueda de su reivindicación, a la recuperación de su archivo -confiscado en Nueva España- y a la redacción de sus obras. En 1746, Boturini publicó en Madrid su Idea de una nueva historia general
de la América Septentrional y como apéndice incluyó el "Catálogo del Museo Histórico Indiano", redactado, en parte, de memoria.
Una primera versión de este artículo se publicó bajo el título "Jean Charlot y la Colección Boturini-Aubin -Goupil", en el catálogo México en la obra de Jean Charlo/, CNCA/ DDF/INBA/ VNAM, México, 1994. pp. 37-43.
José Luis Martínez Hernández. Licenciado en Economía por la UNAM. Es miembro del Servicio Exterior Mexicano. Ha desempeñado los cargos de Cónsul General en Berlín y de Director General de Protocolo. Actualmente. es Secretario Ejecutivo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).
Martínez Hernández, José Luis, “Lorenzo Boturini y su Museo Histórico Indiano”, Arqueología Mexicana núm. 15, pp. 64-70.
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