Las creaciones de los artesanos prehispánicos incluyen una gran variedad de objetos tales como cuentas, pendientes, anillos, pulseras, brazaletes, pectorales, narigueras y orejeras. También hay incrustaciones, agarraderas de átlatl, instrumentos musicales –trompetas por ejemplo– y piezas votivas. Algunos ornamentos fueron empleados solos y otros formaban parte de ensamblajes complejos, ya fueran collares, pectorales, prendas o vestimentas, como es el caso de la coraza de Tula y de la vestimenta de Oxtankah.
Parte de la metodología desarrollada por Adrián Velázquez consiste en observar las huellas de manufactura con un microscopio estereoscópico con aumentos de 10 a 63 veces. La interpretación técnica es posible gracias al trabajo de comparación con piezas experimentales. Por ejemplo, el desgaste en la cara dorsal de un espécimen se traduce en superficies aplanadas con estrías multidireccionales, en las que la ornamentación natural está parcial o totalmente borrada.
Un corte suele dejar un plano inclinado o de doble inclinación según si fue emprendido de manera unifacial o bifacial (es decir sólo desde la cara dorsal o ventral, o al contrario desde ambas caras). El uso de una herramienta lítica tiende a dejar largas estrías orientadas en una misma dirección (unidireccionales). También se usaron abrasivos, activados por herramientas, en materia vegetal o animal para realizar cortes, en cuyo caso se puede notar huellas más difusas. Un análisis con microscopio electrónico de barrido (meb) permite confirmar esta hipótesis. A diferencia del corte, el uso de percusión produce contornos astillados por desprendimientos del material, en los que puede observarse la estructura cristalina natural de la concha.
La mayoría de los ornamentos prehispánicos presentan perforaciones, para las cuales los artesanos emplearon diferentes métodos: una perforación por percusión será generalmente irregular y presentará contornos astillados; una perforación por desgaste presentará un área plana en la circunferencia del orificio; una perforación por desgaste rotativo presentará un orificio regular y circular con la presencia de estrías concéntricas (en caso del uso de una herramienta lítica) o con paredes lisas y estrías difusas (en caso del uso de un abrasivo). El perfil del orificio nos indicará si la perforación fue emprendida desde una sola cara de la concha (cónico) o desde ambas caras (bicónico). Una perforación por corte presentará una forma acanalada, la inclinación de sus planos (rectos o ligeramente curvados) como la presencia de estrías (unidireccionales o difusas) nos proporcionará información sobre el tipo de herramienta empleada (lítica o abrasivo). Numerosos objetos de concha presentan incisiones, como en el corte; los artesanos emplearon de preferencia herramientas líticas pero también abrasivos. Es el caso también en trabajos de calado.
Elodie Mas. Doctora por la Universidad Paris 1, Panthéon- Sorbonne. Especialista en análisis tecnológicos en materiales malacológicos. Sus investigaciones permiten acercarse a los comportamientos técnicos de los artesanos prehispánicos y así entender los mecanismos de producción de las antiguas economías.
Tomado de Elodie Mas, “La elaboración de los objetos de concha”, Arqueología Mexicana, núm. 161, pp. 32-37.