¿Eran teúles los soldados españoles?
Después de haber pasado por Cempoala, Cortés y sus hombres deciden hacer una exploración por tierra hasta Quiahuiztlan, donde se establecen por algunos días. La ciudad la encuentran desierta, a excepción de unos sacerdotes que ya los esperaban para sahumarlos. El resto de la población había huido a las montañas. La desobediencia del gobernante de Cempoala por no informar a Moctezuma acerca de la ayuda que estaba brindando a los españoles, hizo que fueran enviados cinco recaudadores, mismos que Hernán Cortés manda apresar. La osadía de tomar como cautivos a estos mensajeros mexicas, hizo que los totonacos pensaran que los forasteros no eran humanos sino teúles, es decir, dioses.
Con esta falsa creencia pidieron a Cortés su apoyo para expulsar a los mexicas que se habían asentado probablemente en Tizapancingo. Para ello, Cortés designa a Heredia el viejo, que era vizcaíno y había sido soldado en Italia: “Id con estos caciques hasta el río y cuando allá llegáredes, haced que os paráis a beber y lavar las manos, y tirad un tiro con vuestra escopeta, que yo os enviaré a llamar, que esto hago porque crean que somos dioses, o de aquel hombre y reputación que nos tienen puesto, y como vos sois mal agestado creerán que sois ídolo”. Así, el viejo Heredia iba disparando tiros al aire para que lo oyesen y viesen los indígenas (Díaz del Castillo, 2000, pp. 83-84). A partir de ese momento, los españoles se dieron cuenta de los grandes beneficios que traería a su empresa de conquista que los indígenas los siguieran viendo como dioses.
Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Responsable del Programa de Arqueología Urbana.
Barrera Rodríguez, Raúl, “¿Eran teúles los soldados españoles?”, Arqueología Mexicana, núm. 158, pp. 68-75.
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