Cuauhtémoc: linaje y legitimidad

María Castañeda de la Paz

La mayoría de las fuentes coinciden al señalar que Tenochtitlan se fundó en el año 2 casa (ome calli), que en el calendario europeo se correspondía con el año 1325 d.C. Tiempo después se fundaría su casa real con un tlatoani al frente (tlatocáyotl). Su primer gobernante fue Acamapichtli, aunque los códices y crónicas no se ponen de acuerdo sobre la fecha de su llegada al trono. Según el Códice Mendoza, que es el primer documento pictográfico que se pintó con este tipo de información (en la década de los cuarenta del siglo XVI, Acamapichtli se entronizó en el año 1383.

En ese tiempo, la sucesión se transmitía de padres a hijos por lo que, si a Acamapichtli lo sucedió su hijo Huitzilíhuitl, es natural que a éste lo relevara su hijo Chimalpopoca. Lo anterior, hasta 1428, cuando vemos que en vez de heredar el trono un hijo de Chimalpopoca lo ocupó Itzcóatl, otro vástago de Acamapichtli. Aunque Itzcóatl era hijo del fundador de la casa real, su madre era una mujer de baja condición social, de ahí que su hijo no contara con los derechos necesarios para convertirse en tlatoani. No obstante, Itzcóatl logró llegar al trono respaldado por su astucia y la convulsa situación política que se vivía entonces en la Cuenca de México, la cual derivó en la llamada Guerra Tepaneca que tuvo lugar a la muerte de Tezozómoc de Azcapotzalco (†1426).

Mediante una serie de pactos y alianzas, Itzcóatl concentró tal poder que pudo deshacer el antiguo orden político-militar del Centro de México, controlado por Azcapotzalco, para reacomodarlo con sus aliados y, entre otras cosas, elaborar una historia oficial por medio de la cual legitimó su llegada al trono. Intervino además en asuntos de sucesión. Es lo que se aprecia si acudimos al árbol genealógico de la casa real de Tenochtitlan, donde podremos apreciar cómo uno de esos pactos debió establecerlo con Moctezuma Ilhuicamina, su sucesor en el cargo. Fueron ellos quienes arreglaron que tras el gobierno de ambos llegaran al trono de la ciudad sus tres nietos, fruto del enlace de sus respectivos hijos (Tezozómoc y Atotoztli). Me refiero a Tízoc, Axayácatl y Ahuítzotl, fórel mula a través de la cual los dos tlatoque afianzaban y garantizaban la permanencia de su linaje en el poder. El plan fue un éxito, pues sus descendientes fueron los que estuvieron al frente de la ciudad durante buena parte del siglo XVI. En este contexto no es de extrañar, como algunas fuentes destacan, que, para evitar cualquier reclamo al trono por parte de los descendientes de Chimalpopoca, Itzcóatl diera orden de apartar su linaje de la escena política.

Ahora bien, un tema crucial es saber sobre quién debía recaer el trono tras el gobierno de los tres hermanos. Las fuentes no lo dicen, pero de su análisis se puede colegir que los destinados a perpetuarse en el gobierno eran los miembros del linaje de Axayácatl. Es lo que explica que tras la muerte de Ahuítzotl llegara al trono Moctezuma Xocoyotzin y después de éste su hermano Cuitlahua.

Los cronistas hablan también de otros hermanos con los mismos derechos. Es el caso del señor de Tula, que por entonces era Ixtlilcuecháhuac (Bernal Díaz del Castillo), o de Juan Axayácatl, desestimado para el cargo tras huir de la ciudad durante la Noche Triste (Pablo Nazareo). Otro hermano sería Tezozómoc Acolnahuácac, pero éste murió antes de venir los españoles. No obstante, su importancia se pone de manifiesto ante el hecho de que sus hijos estuvieran al frente de importantes señoríos a la llegada de los conquistadores y durante el periodo virreinal. Uno de ellos fue don Diego de Alvarado Huanitzin o Panitzin, elegido primer gobernante indígena de la ciudad por el virrey Mendoza en 1538, con la aprobación de todos los tenochcas. Tiempo después también llegaría al gobierno de la ciudad su hijo, don Cristóbal de Guzmán Cecetzin. Por estas disposiciones, Cuauhtémoc quedaba descartado para el cargo, puesto que no formaba parte del linaje de Axayácatl. Por tanto, para entender cómo llegó al trono, es importante conocer qué lugar ocupaba en el árbol genealógico familiar.

Las fuentes proclaman unánimemente que era hijo de Ahuítzotl, el octavo tlatoani de Tenochtitlan. Desentrañar la identidad de su madre es más complicado. No cabe duda de que era una noble tlatelolca llamada Tiyacapatzin (o Te[ya]capantzin), pero mientras en el Codex Chimalpahin se afirma que era hija de un noble tlatelolca conocido como Epcoatzin, Fernando de Alva Ixtlilxóchitl y fray Juan de Torquemada aseguran que era la hija mayor de Moquíhuix (cuarto tlatoani de Tlatelolco), además de nieta de Nezahualcóyotl de Tetzcoco.

Tomado de María Castañeda de la Paz, “Cuauhtémoc: linaje y legitimidad”, Arqueología Mexicana, núm. 193, pp. 16-25.