La cerámica policroma es una de las expresiones más notables de la cultura de Paquimé, un desarrollo del área conocida como Oasisamérica, situada en el norte de México. Se trata de bellas vasijas, decoradas con múltiples y diversos motivos que reflejan un sofisticado complejo simbólico. Es claro que los ceramistas de Paquimé debieron ser especialistas de tiempo completo versados en la alfarería y al tanto de los pormenores de la cosmovisión imperante, de modo tal que pudieran sintetizarla con tal tino en la decoración. Vale indicar que también se producían objetos con materiales como concha y turquesa obtenidos por medio del comercio a larga distancia.
Entre los motivos recurrentes en la cerámica de Paquimé se encuentran grecas, triángulos, espirales y líneas en zigzag, todos ellos portadores de significado por sí mismos o por su disposición y combinación. Se trata de abstracciones geométricas que sintetizan elementos como la lluvia y el viento, entre muchos otros. Entre las variadas formas de la cerámica de Paquimé destacan las vasijas efigie que representan animales y, sobre todo, seres humanos, generalmente sentados y con el rostro y el cuerpo profusamente decorados. Lo más probable es que representaran dioses o personajes de alto rango social que tenían permitido la comunicación con el ámbito de lo divino, y que se utilizaban en contextos funerarios o en ritos de propiciación de la fertilidad y la lluvia.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique, “11. Vasija efigie. Paquimé, Chihuahua”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 96, pp. 32-33.