Las figurillas son un elemento fundamental para el estudio de las sociedades prehispánicas. Por un lado, permiten identificar culturas arqueológicas y establecer secuencias cronológicas y, por otro, proporcionan una gran cantidad de información sobre una amplia variedad de aspectos que incluyen los ritos, el tipo físico, la decoración del cuerpo, los peinados, los adornos y la indumentaria. La figurilla más antigua que se conoce en Mesoamérica es la que procede del sitio de Zohapilco, de 2300 a.C. Puede decirse que prácticamente todas las regiones tuvieron tradiciones con particularidades –en las técnicas de elaboración, los acabados, la decoración, etc.– que, como se ve en los ejemplos mostrados aquí, las hacen claramente identificables.
Imagen: a) Figurilla. Xochitécatl, Tlaxcala. Clásico Tardío. b) Figurilla. Zohapilco, Tlapacoya, estado de México. Preclásico Temprano. c) Figurilla. Jaina, Campeche. Clásico Tardío. Museo Nacional de Antropología. Fotos: Archivo Digital de las Colecciones del MNA, INAH-CANON.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique, “7. Figurilla. Xochitécatl, Tlaxcala”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 96, pp. 24-25.