Las sagradas abejas nativas según el Chilam Balam de Chumayel
Un antiguo relato sagrado, transcrito y sintetizado en el Libro de Chilam Balam de Chumayel, narra la ordenación del mundo en cuatro sectores de distintos colores (este/rojo, norte/blanco, oeste/negro y sur/amarillo), que simbólicamente condensan la diversidad y la pluralidad cósmica, tanto en sentido natural como espacial y temporal. Según el texto, antes de que surgiera la humanidad ya existían las abejas en sus distintas variedades y, junto con las flores, formaban parte esencial del universo:
La Gran Abeja Roja es la que está en // el oriente. La rosa roja es su jícara. //La flor encarnada es su flor. // La Gran Abeja Blanca es la que está // en el norte. La rosa blanca es su jícara. // La flor blanca es su flor. // La Gran Abeja Negra es la que está en el poniente. El lirio// negro es su jícara. La flor negra es su flor. // La Gran Abeja Amarilla es la que está en el sur. El lirio amarillo// es su jícara. La flor amarilla es su flor.
A continuación, el pasaje menciona el surgimiento de la humanidad como descendencia de las abejas, en la isla de Cozumel, centro cósmico en el que se condensan las energías del mar y del cielo en la tierra, y ahí sitúa las flores como alimento esencial de las abejas y símbolo de la perennidad vegetal; menciona la jícara como el recipiente natural más que cultural en el que se cosecha la miel; el colmenar primigenio, uno y múltiple de donde surge la diversidad humana, y el centro de la tierra, en donde es posible la comunicación entre los seres sagrados y los hombres, en el tiempo sagrado y profano.
Dice el texto:
Cuando se multiplicó la muchedumbre de los hijos de las abejas, la pequeña Cozumel fue la flor de la miel, la jícara de la miel, el primer colmenar y el corazón de la tierra.
Imagen: Abejas. Códice Tro-Cortesiano, banda a, p. 110. Foto: Cortesía del Museo de América, España.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sotelo Santos, Laura Elena, “Las sagradas abejas nativas según el Chilam Balam de Chumayel”, Arqueología Mexicana, núm. 183, p. 58.