Arquitectura en Mesoamérica. I. Urbanismo

Juan Antonio Siller Camacho

Uno de los rasgos más llamativos de las culturas prehispánicas es la arquitectura. Estamos habituados a su presencia, a su elegante sobriedad, a sus espectaculares volúmenes, pero no hay que perder de vista que ese gran conjunto de edificaciones que podemos admirar en las zonas arqueológicas son sólo una pequeña parte del legado arquitectónico del México antiguo. Además, representan sólo una de las dimensiones del amplio y complejo entramado cultural, ambiental e histórico que se encuentra tras la arquitectura mesoamericana. En esta primera entrega de una serie dedicada al tema, se presentan los elementos que permiten entender las condiciones del desarrollo de los centros urbanos en Mesoamérica.

 

Con mi estimación y afecto a 

Linda Manzanilla y Leonardo López Luján, por una deuda pendiente

 

Delimitantes naturales y culturales

 

Los asentamientos de Mesoamérica presentan una gran diversidad de diseños en sus emplazamientos y una amplia integración con los elementos naturales y con las formas de apropiación y de transformación del medio natural, creando así nuevos paisajes culturales. El emplazamiento geográfico fue fundamental, así como también las relaciones que se establecieron en la conformación de las primeras aldeas y centros urbanos. Algunos de estos primeros asentamientos tuvieron un lugar o centro que se desarrolló hasta alcanzar características urbanas, y otros cambiaron su centro geográfico, político y administrativo por causas económico-sociales y por fenómenos naturales, ambos sucesos de gran interés para el estudio y el conocimiento de Mesoamérica.

El acondicionamiento del espacio productivo y cultural llevó a la creación de las primeras formas de organización espacial del territorio, las cuales nos permiten obtener datos sobre los primeros asentamientos y sus diversas formas de apropiación y uso de los espacios geográficos, es decir, los de producción, intercambio, consumo, circulación y gestión. Éstos fueron mejorando con base en el desarrollo de los modos de producción y de las fuerzas productivas relacionadas con el aprovechamiento y el uso del suelo. 

Los desplazamientos humanos ocasionados por causas culturales o naturales fueron importantes, ya que originaron nuevas estructuras y una diversidad de asentamientos y formas de organización del espacio. 

 

Emplazamientos y tipologías

 

Un aspecto importante en el estudio de los emplazamientos son los factores de riesgo tanto para el asentamiento urbano como para el arquitectónico, los cuales podríamos definir en términos generales como factores de deterioro por causas extrínsecas de acción prolongada, temporal u ocasional, y por la acción del hombre. 

Entre las temporales y ocasionales tenemos la sismicidad, el vulcanismo y las inundaciones, que desempeñaron un papel importante en los asentamientos humanos de las primeras aldeas y centros urbanos, desde el momento de su fundación y a lo largo de su historia cultural. En muchos de ellos el espacio social se ha organizado a la par de una historia de fenómenos naturales, como en el caso de los asentamientos en la parte sur del lago de Texcoco, que se vieron afectados por las erupciones del Xitle, durante el Preclásico Superior, y en los que una gran masa de pobladores con asentamientos concentrados y dispersos tuvieron que desplazarse hacia la zona norte de la región lacustre, conformando en parte el asentamiento de Teotihuacan. Posteriormente, en otro momento del desarrollo de estas culturas, el asentamiento cambió hacia el centro del lago, lo que dio inicio a una extraordinaria obra urbana de infraestructura y al nacimiento de una ciudad lacustre, en la que se tuvieron que poner en práctica nuevas soluciones tecnológicas, como islotes artificiales, chinampas agrícolas –altamente productivas–, calzadas de tierra y caminos de agua, que favorecieron el desarrollo de una amplia y extensa red de comunicación lacustre.

 

Siller Camacho, Juan Antonio, “Arquitectura en Mesoamérica. I. Urbanismo”, Arqueología Mexicana núm. 84, pp. 20-29.

 

• Juan Antonio Siller Camacho. Maestro de arquitectura en la ENCRM, INAH, y arqueólogo por la ENAH. Candidato a doctor en arquitectura por la UNAM. Editor de los Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana y miembro del Seminario de Arquitectura Prehispánica del Centro de Investigaciones y Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM..

 

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