San Lorenzo está hecho de tierra. Todas las edificaciones se lograron con sedimentos, desde las casas más pequeñas hasta los enormes palacios y las imponentes estructuras ceremoniales. No hay una construcción similar, en cuanto a diseño y monumentalidad, a la Gran Meseta, una obra gigantesca que se levanta a 65 msnm sobre los vastos humedales de la cuenca baja del río Coatzacoalcos.
La buena conservación de la mayoría de los vestigios es un tributo a los conocimientos de ingeniería y la pericia de sus constructores. Los resultados del programa de pruebas con barreno proporcionaron parámetros empíricos firmes para tres interpretaciones actualizadas del sitio: el tamaño, la densidad poblacional y las fases constructivas.
La determinación de la extensión del sitio se realizó a partir de la presencia de material arqueológico en las pruebas con barreno. Su tamaño se cuadruplicó entre 1400 y 1000 a.C. y el sitio llegó a rebasar las 775 ha antes de 1000 a.C., por lo que no hay duda de que San Lorenzo es el asentamiento más extenso hasta ahora conocido para el Preclásico Inferior.
Entre su fundación, alrededor de 1800 y 1400 a.C., la población aumentó a 900 residentes. Siguió creciendo rápidamente durante los siguientes siglos para alcanzar una cifra de casi 12 000 personas entre 1200 y 1000 a.C. La densidad poblacional fue de 11 a 19 personas por hectárea. Los habitantes ocuparon 481 residencias aisladas y 316 conjuntos domésticos.
La distribución espacial del asentamiento en San Lorenzo durante la fase de apogeo muestra que, en general, el estatus social y político disminuyó de acuerdo con la altura del terreno. El centro del sitio, la cima de la meseta, fue ocupado por la gente más importante, seguido por las terrazas en donde vivían los nobles y, por último, la gente común vivía en la periferia. La configuración del sistema social sobre el ambiente construido reprodujo el mapa cósmico de una “montaña sagrada”, un modelo general que rigió la vida cotidiana y reforzó los principios de diferenciación social y política.
Imagen: Arriba: Relieve de la Isla de San Lorenzo. Abajo: La Isla de San Lorenzo al fondo. Arriba: Elaboración. Virginia Arieta. Abajo: Foto. Ann Cyphers
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “Monumentalidad”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 40-43.