Boca de Potrerillos, Nuevo León

Moisés Valadez Moreno

En Boca de Potrerillos se localiza uno de los mejores conjuntos de vestigios  asociados a los grupos de cazadores-recolectores de la región noreste de México. En este sitio se conservan restos de fogones, piedras de molienda, utensilios de piedra y alrededor de 3 000 rocas con grabados en un área aproximada de 6 Km2, lo que la convierte en la zona con petroglifos mas extensa del país.

 

Por muchos años, el territorio que ahora ocupa el estado de Nuevo León se había considerado carente de evidencia arqueológica. Las investigaciones realizadas en el marco del Proyecto Boca de Potrerillos han demostrado el importante desarrollo socioeconómico y cultural de los grupos indígenas de la región, los cuales habían sido relegados por las crónicas y la historiografía local al término de bárbaros o salvajes sin cultura. Los resultados de la exploración del sitio fueron excelentes, pues se obtuvieron fechas de radiocarbono para más de 20 elementos arqueológicos de los llamados "fogones" y lentículas de carbón, las que indican un largo periodo de ocupación, que inició hace casi 8 000 años y continuó hasta tiempos históricos, en 1760, lo cual constituye un importante marco de referencia cronológica del sitio a nivel regional. Boca de Potrerillos se encuentra a 14 km de la actual cabecera del municipio de Mina, Nuevo León. No se sabe el nombre prehispánico que dieron los indígenas a este lugar, pero se le conoce como Boca de Potrerillos por su ubicación entre dos sierras que forman una "boca" o entrada natural al cañón de Potrerillos. Se trata de un sitio de considerables dimensiones que abarca una superficie de aproximadamente 6 km en la que, además de los cientos de fogones, se localizan infinidad de artefactos tallados e instrumentos de molienda, así como miles de rocas con grabados distribuidas en cinco formaciones naturales principales. Las características del entorno -un paisaje de montañas con abanicos aluviales, bajadas y pequeños cañones- permiten suponer que la ubicación del sirio era estratégica y que resultaba ideal para la explotación de una gran variedad de recursos naturales provenientes de distintos nichos ecológicos.

 

Petroglifos  

Por su alta concentración de petroglifos, diseminados sobre la parte terminal de la sierra La Zorra, Boca de Potrerillos puede considerarse como uno de los más importantes sitios arqueológicos para el estudio del arte rupestre en nuestro país. El total aproximado de petrograbados es de ocho a diez mil, que por sus características de patinación y grado de exposición a la intemperie se sabe que fueron elaborados en distintas épocas. Las rocas son calizas, susceptibles de gran oxidación por los agentes naturales, lo cual permitió a los indígenas obtener un alto contraste entre el exterior de la roca y los diseños grabados En general, los petroglifos están orientados hacia la salida del Sol. Tanto en éste como en otros sitios se buscaban las rocas ubicadas en la conjunción de cerros donde se formaran “bocas” o entradas a cañones o a pequeños valles por donde cruzaban ríos o arroyos, probablemente para tener acceso a este vital recurso. Aunque 80% de los diseños grabados son figuras geométricas abstractas, aparecen también elementos que sugieren el culto a elementos naturales como la lluvia, el Sol o las estrellas, así como representaciones de shamanes, artefactos, plantas y animales, probablemente relacionados con la reproducción ideológica de los grupos indígenas locales, y con aspectos de carácter ceremonial como la cacería y la fertilidad. También se ha reconocido el culto a elementos del paisaje como montañas, puntos cardinales y lugares específicos donde los habitantes del sitio enterraban a difuntos en la zona de arte rupestre.

 

Tomado de Valdez, Turpin y Eling, “Boca de Potrerillos; evidencia arqueológica y paleoambiental de desarrollo indígena en Nuevo León”, en Meynardo Vázquez (coord.), Boca de Potrerillos, UANL/ Museo Bernabé de las Casas, México, 1998, pp. 15-33; y Boca de Potrerillos, Nuevo León, miniguía, INAH, México, 1996.

 

Valadez Moreno, Moisés, “Boca de Potrerillos, Nuevo León”, Arqueología Mexicana núm. 51, pp. 52-53.

 

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