Breve historia del Museo Nacional de Antropología

Enrique Vela

Las colecciones etnográficas y arqueológicas del Museo Nacional de Antropología (MNA) se encuentran entre las más ricas y significativas del mundo. Esas colecciones han sido conformadas a lo largo de los dos siglos de existencia del recinto. Entre los primeros objetos que pasaron a formar parte de su acervo se encuentran los grandes monolitos mexicas –la Gran Coatlicue, la Piedra de Tízoc y la Piedra del Sol–, localizados a fines del siglo xviii durante las obras de remodelación de la Plaza Mayor de la ciudad de México. A partir de entonces sus colecciones fueron aumentando gradualmente a través de donaciones, adquisiciones y, principalmente, hallazgos derivados de las investigaciones arqueológicas. El primer antecesor del MNA fue el Museo Nacional, fundado en 1825 y ubicado dentro de la Real y Pontificia Universidad de México. En ese museo se reunieron objetos de historia natural y del mundo prehispánico, así como documentos históricos.

En julio de 1866 las colecciones del museo abandonaron el espacio que ocupaban en la Universidad, gracias a la iniciativa del emperador Maximiliano de Habsburgo, y se cambiaron a la antigua y bella casa de la calle de Moneda, al lado de Palacio Nacional. Ahí estuvo hasta 1964, año en el que pasó a ocupar el edificio actual.

En 1877 el museo se dividió en tres departamentos: el de Historia Natural, el de Antropología y el de Historia, y continuó su desarrollo como centro de formación y discusión científica. Una década después, en 1887, se crearon las secciones de Antropología y Etnografía y se inauguró la Galería de Monolitos, donde se exhibieron las grandes esculturas prehispánicas conocidas hasta ese momento.

En 1909 se decidió que la parte correspondiente a historia natural se separara de él para constituir el Museo de Historia Natural, y de esa manera se estableció como Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. Así permanecería hasta el año de 1939, en que por instrucciones del presidente Lázaro Cárdenas se creó el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y las colecciones de historia pasaron a formar parte del museo correspondiente localizado en el Castillo de Chapultepec. Desde entonces este recinto adquiere el nombre de Museo Nacional de Antropología por su contenido arqueológico y etnográfico.

El Museo Nacional de Antropología fue inaugurado el 17 de septiembre de 1964. Su planeación y construcción se concretó en tan sólo 19 meses, de febrero de 1963 a septiembre de 1964. En el proyecto participaron arquitectos, ingenieros, antropólogos, historiadores, museógrafos, artistas y educadores.

El concepto y el objetivo del nuevo museo implicaron en su momento un gran cambio, ya que más allá de recolectar, exhibir y preservar los tesoros de nuestras culturas pasadas y presentes, se buscaba brindar una enseñanza sobre ellas, así como una visión integral del hombre. La arquitectura, diseñada al servicio del usuario, y una museografía didáctica convirtieron al museo en una institución educativa para transmitir una lección sobre la importancia y la trascendencia de lo que se exhibe en él, y para comunicar su valor histórico, temático y estético.

Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.

Tomado de Enrique Vela, “El Museo Nacional de Antropología”, Arqueología Mexicana, especial núm. 123, pp. 8-11.