Chichén Itzá, Yucatán

En maya, Chichén Itzá significa “boca del pozo de los itzaes”, en referencia al Cenote Sagrado, gran pozo natural que los habitantes de la región consideraban una de las entradas principales al inframundo, sede de dioses tan importantes como los de la lluvia. Al mismo tiempo, el nombre del sitio alude a los poderosos itzaes, señores mítico-históricos de la ciudad durante su crecimiento y apogeo. Chichén Itzá –sin duda uno de los sitios arqueológicos más importantes no sólo del mundo maya sino del México prehispánico– estaba formada por una red de grupos arquitectónicos comunicados por caminos, sacbés, de los que se han localizado alrededor de 75. Los grupos del área central estaban protegidos por murallas que funcionaban como impedimentos simbólicos para el acceso de otros grupos sociales. Fuera de esas murallas se construyeron alrededor de 20 conjuntos arquitectónicos medianos y otros modestos, con edificios menos representativos, y en la periferia se levantaron estructuras pequeñas, con base de piedra y techos perecederos, que albergaron a la población común.

El sitio fue la capital de una amplia región en el Clásico Terminal y el Posclásico Temprano, cuando alcanzó tal importancia que para la época de la conquista aún quedaba memoria de su existencia en crónicas y leyendas indígenas que relatan su fundación por los itzaes, pueblo venido del oeste. El primer apogeo de la ciudad ocurrió en el Clásico Terminal, cuando se erigieron edificios de estilo Puuc. Al final de este periodo, con el arribo de los itzaes –quienes tomaron la ciudad entre 967 y 987 d.C.–, se creó un nuevo estilo que mezclaba las tradiciones mayas con las aportaciones de los recién llegados. A partir de entonces se dio el segundo y mayor apogeo del sitio, que concluyó cuando –entre 1185 y 1204 d.C.– la ciudad fue conquistada por los príncipes de Mayapán. La ciudad fue abandonada paulatinamente, aunque en siglos posteriores la zona –en particular el Cenote Sagrado y el Castillo– aún era escenario de peregrinaciones y ceremonias.

La ciudad

El asentamiento de Chichén Itzá abarca alrededor de 15 km cuadrados. La mayor parte de las estructuras monumentales se localiza en tres grandes plazas. Entre los conjuntos más importantes de este núcleo se encuentran: 1) la amplia plaza que incluye el Complejo de Las Monjas , el Caracol, el Templo de los Tableros, el Akab Dzib y la Casa Colorada; 2) el Grupo del Osario y su plataforma amurallada, con los edificios del Osario, la Casa de los Metates, la Casa de las Columnas-Atlantes y una serie de complejas plataformas que comunica la plaza con un sacbé recién descubierto (el núm. 15), con el Templo de Xtoloc y con el cenote del mismo nombre; 3) la gran plataforma del norte, rodeada por una muralla, que alberga al Grupo de las Mil Columnas y la plaza del Castillo, comunicada a su vez con el Cenote Sagrado mediante el sacbé núm. 1. A distancias que van de los 200 a los 700 m de estos grupos principales, hay otros conjuntos de arquitectura monumental, aunque de menores dimensiones, que incluyen vestigios de grupos habitacionales sencillos. Están comunicados entre sí y con el núcleo principal mediante una red de sacbés, de los cuales se han localizado cerca de 30 hasta ahora. Es probable que huertas y campos agrícolas también formaran parte del antiguo paisaje urbano. La mayoría de las casas habitacionales eran construcciones de material perecedero, no muy distintas de las viviendas tradicionales mayas del Yucatán actual. En la arquitectura monumental se usaban sólidas subestructuras y gruesos muros de piedra. Las piedras utilizadas como relleno son irregulares y las de los revestimientos están cortadas con diferentes grados de exactitud, y además estaban cubiertas por una fina capa de estuco. En general, los techos seguían el principio de la bóveda maya o “arco falso”.

 

“Chichén Itzá, Yucatán”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 27, pp. 5-6.