El Códice Malinalco que aquí presentamos es un documento invaluable por su valor histórico, pero también por ser parte de una ritualidad comunitaria viva, con claras reminiscencias prehispánicas de lo que se ha llamado formas de gobierno indígena y que en este caso incluye su antigua jurisdicción territorial (Aguirre Beltrán, 1991).
Casi medio siglo ha transcurrido desde que Gutierre Tibón daba a conocer en su libro Historia del nombre y de la fundación de México, entre otras cosas, precisamente la existencia del Códice Malinalco en custodia del barrio de San Martín Malinalco, estado de México. Ahí relató el caso del historiador mexiquense Javier Romero Quiroz, a quien en los años setenta se le permitió verlo y tomar notas pero no fotografiarlo, y aunque consideró comprensible la reticencia secular de esa comunidad para abrir su mayor secreto a los extraños, vaticinó que llegaría un día en que sería exhibido con orgullo por sus custodios.
Aventuró entonces que: “El Códice de Malinalco prueba que la antigua capital de los aztecas lunares, rival de México Tenochtitlan, era realmente una ciudad muy grande, como lo afirma Ixtlilxóchitl y que la provincia de Malinalco tenía una muy amplia extensión, ya que llegaba de Coatepec Harinas hasta Cuernavaca” (Tibón, 1975, p. 592).
Junta de los Mayordomos “Pasados”
Algunos días después del solsticio de invierno, en el barrio de San Martín se lleva a cabo una insólita reunión de poco más de 40 personas que han sido mayordomos del santo patrón San Martín Caballero, y en la que se traspasa el cargo del “viejo” al nuevo mayordomo. Así ha sucedido año con año, desde tiempos remotos.
La copia del códice original es exhibida como parte de la entrega del “tesoro” de la iglesia por parte del mayordomo saliente a su sucesor –que incluye todos los artefactos ceremoniales y litúrgicos del templo: charolas, libros, candelabros, copas, además de las cuentas de dinero en efectivo–, y dos o tres personas ayudan al tesorero a poner a la vista el contenido del códice sobre un piso muy limpio; ingresa entonces una singular comitiva de dos portadores de “el cuerito” –como es conocido por los habitantes del Barrio de San Martín–, uno lo lleva en una especie de charola, mientras el otro lo guía entre la concurrencia puesta de pie.
Imagen: Códice Malinalco. La copia de esta versión se halla en el Archivo Parroquial del Convento Agustino de Malinalco, la cual me fue dada en mano por el fraile Sócorro Villagómez en 2010. Foto: Archivo de Roberto Sandoval.
Roberto Sandoval Zarauz. Doctor en historia por la Universidad de Pisa, Italia. Profesor Investigador en el INAH. Coordinador, con la doctora Susana Cuevas, del seminario interdisciplinario “El altépetl de Malinalco”. Actualmente trabaja en la edición del libro El altépetl de Malinalco.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sandoval Zarauz, Roberto, “Códice Malinalco. Una pieza que faltaba en el tablero”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 48-53.