Los códices son fuentes históricas de primera mano en las que las sociedades indígenas, por intermedio de escribas con la habilidad para pintar con gran maestría, dejaron constancia fiel de sus logros y avances culturales y científicos, e informaron sobre una multitud de aspectos, como creencias religiosas, ritos y ceremonias, historia, sistema económico y cronología, entre muchos otros. De los códices prehispánicos, muy pocos existen actualmente, apenas unos 20, porque desde la conquista fueron destruidos en forma generalizada.
¿Para qué sirven?
Los códices cumplían con una importante función social, de acuerdo con su temática principal. El calendario religioso (tonalpohualli), además de señalar las fiestas de los dioses y sus ritos, se empleaba para pronosticar el futuro del recién nacido, fijar la partida de los comerciantes, el principio favorable de una guerra o el inicio de la construcción de obras públicas, etc. Las matrículas de tributos consignaban la tributación de los pueblos sujetos, tanto en especie como en servicio personal. Los planos y mapas eran también catastros y censos que registraban la propiedad colectiva y el usufructo familiar agrícola, etc.
¿Quiénes los hicieron?
Entre los nahuas se les llamaba tlacuilos, y tenían que poseer ante todo cualidades de pintores o dibujantes y conocimientos profundos de su propia lengua. Podían ser hombres o mujeres, que se escogían desde muy jóvenes. Sus escritos eran anónimos, su producción pertenecía a la colectividad. De acuerdo con su especialidad, se les destinaba a centros religiosos, económicos o civiles. En esos mismos centros se guardaban los manuscritos en aposentos llamados amoxcalli.
¿Cómo se leían?
Para leer los documentos, se colocaban completamente extendidos, horizontalmente, protegidos por esteras (petates), en el suelo. El tlacuilo-lector y los oyentes se situaban alrededor del manuscrito; podían así verlo en su totalidad y moverse en torno de él. El lector podía relacionar sus lecturas iniciales, finales e intermedias según las necesidades de la información.
Basado en Galarza, 1997
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique, “Códices prehispánicos y coloniales tempranos”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 82, pp. 44-45.