Diseminación del perro en América
Argentina
Llanuras argentinas y la Patagonia. Aparentemente, hace menos de 2 000 años a.p. llegaron los perros a esta parte del sur del continente americano.
Ecuador
Península de Santa Elena. Aparecieron restos de perros utilizados como alimento hace 5 000 años a.p.
Estados Unidos
Meseta de Ozark, Misuri, Arkansas, Oklahoma, Kansas. Se encontraron evidencias de ocupación humana, por ejemplo, restos de alimento, y además un entierro de un perro. De este contexto se obtuvo la fecha de 10 400 años a.p.
Bluegrass, condado de Warrick, Indiana. Se descubrieron varios entierros de perros, de 5 000 a 6 000 años a.p.
Koster. Se descubrieron los restos de al menos cuatro perros sepultados por la gente del sitio hace 8 000 años a.p. Cada perro fue acomodado cerca de otro en una tumba poco profunda y luego se les cubrió con tierra. Los perros fueron enterrados en una zona donde también aparecieron entierros de humanos adultos y niños.
Cueva del Jaguar, Idaho. Famoso sitio donde se descubrieron en 1968 restos de perros en entierros de entre 10 400 y 11 500 años a.p. En su momento, esta información pudo sugerir que el perro se había originado en América, y aunque después se demostró que algunos de los animales descubiertos eran recientes, sigue siendo un lugar muy importante para la historia del perro americano.
Perú
Costa de Perú. En varios sitios aparecieron restos de perros utilizados como alimento hace 4 500 años a.p.
Sipán, Chiclayo. El llamado Señor de Sipán fue sepultados con algunos perros. Aunque en tiempos incas no se consideraba propio el consumo de la carne de ese animal, el aprecio que se tenía hacia él era lo bastante grande para que aparezcan con frecuencia imágenes en las que está un hombre cargando a su perro, El Señor de Sipán murió hacia 300 a.p.
México
Cueva del Tecolote, Huapalcalco, Hidalgo. Aparecieron los entierros de dos humanos y seis perros en un contexto que sugiere actividades rituales. Su antigüedad se calcula entre 7 000 y 9 000 años a.p.
Tlapacoya, estado de México. Se localizaron evidencias de actividad humana en diferentes momentos y se encontraron figuras de barro que representan perros y restos óseos dispersos de este animal de 7 000 años a.p.
Valle de Tehuacán, Puebla. En contextos domésticos, aparecieron restos de perros asociados con alimentos. La antigüedad de estos materiales es de entre 8 500 y 5 900 años a.p.
Tomado de: Valadez Azúa, Raúl, “El origen del perro americano y su dispersión”, Arqueología Mexicana, núm. 125, pp. 30-37.
Raúl Valadez Azúa. Biólogo por la Facultad de Ciencias, UNAM, con estudios de maestría y doctorado en ciencias biológicas. Investigador en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. Encargado del Laboratorio de Paleozoología. Especialista en etnozoología y arqueozoología.
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