El concepto de dios en la cosmovisión maya

Alfredo López Austin y Erik Velásquez García

El amplio conocimiento y la utilización conjunta de diferentes tipos de fuentes han permitido destacar las características que los usuarios-productores de la cosmovisión maya atribuyeron a la divinidad. Sylvanus G. Morley y J. Eric S. Thompson hicieron, por separado, muy precisas observaciones sobre conceptos básicos de esta tradición. Entre ellos está la posibilidad de los dioses mayas de fundirse dos o más de ellos para formar uno solo; o, en el proceso inverso, de fisionarse un dios en dos o más dioses. Observaron ambos autores cómo la fusión formaba unidades divinas de tiempo. También hicieron notar que los dioses podían ejercer simultáneamente funciones diferentes, y que éstas podían realizarse en distintos ámbitos del cosmos. Todas estas propiedades divinas han podido ser comprobadas posteriormente por los mayistas, tanto en el estudio de la antigüedad como en la etnografía de nuestro presente.

Por otra parte, las fuentes documentales coloniales y las etnográficas relativas a distintos grupos mayenses han proporcionado un invaluable material para entender el proceso de creación del mundo según el pensamiento mesoamericano. La idea general de la formación del mundo refiere que los dioses se transformaron en criaturas (elementos, astros, meteoros, minerales, vegetales, animales, seres humanos). El paso ocasionó que todas las criaturas resultantes tuvieran un alma divina y personal, entendido esto en lo que respecta tanto a los individuos como a las clases. El primer paso de la conversión produjo seres divinos generadores y protectores de las diferentes clases o especies mundanas. En la actualidad estos patronos son ampliamente conocidos en los pueblos mayenses con el nombre de padres-madres, y se los ubica en el Monte Sagrado.

Imagen: a) En la Estela 33 de Naranjo aparece el glifo T533, en el pináculo del tocado del gobernante K’ahk Ukalaw Chan Chaahk. El glifo ha sido interpretado fonéticamente por David Stuart como saak, raíz morfológica del sustantivo saakil, “pepita de ayote”, “pepita de calabaza”. Javier Hirose López registró un mito de los mayas peninsulares, en el cual los dioses usaron pepita de calabaza como ingrediente femenino para hacer los tamales de los que surgiría la especie humana. Hay que recordar que las almas esenciales de las criaturas reciben en la actualidad el nombre de “corazones”, “semillas” o “semillas-corazones”. b) Concordaría lo anterior con la posible interpretación de uno de los murales del Templo de las Pinturas de San Bartolo, Petén, Guatemala (detalle del muro norte del interior de la habitación Pinturas Sub-1, ca. siglo I de nuestra era). William Saturno, Karl Taube y David Stuart interpretan el detalle que aquí aparece como el nacimiento de criaturas a partir de la explosión sangrienta de un calabazo rajado. Comparan la escena con el mito huichol actual del nacimiento de ciertos dioses en medio de un chorro de sangre que salió de un guaje subterráneo. c) La equiparación del alma esencial con una pepita de calabaza daría sentido a un detalle de la Estela 13 de Yaxhá, en el cual el glifo T533 parece desprenderse del cuerpo de un sacrificado. d) Hay que tomar en cuenta que en la tradición mesoamericana se compara la cucurbitácea con el Monte Sagrado o con el origen de las poblaciones (María Elena Bernal García, Ángel Julián García Zambrano) o con las mujeres de vientre muy fértil (Antonella Fagetti dice que se les llama “calabazas ochenteñas”). Como se ve en la figura, el glifo T533 es parte de un topónimo mítico en el segmento 2 del friso en la Estructura 1-A Sub de Balamkú: la Montaña de las Pepitas. El dibujo del friso ha sido copiado a partir de un original de Daniel Salazar Lama. e) El jeroglifo T533 aparece también como parte de un topónimo en un cartucho de la Estela 22 de Tikal (A3): Saak Witz, “Montaña de las Pepitas”. Digitalización: Raíces.

 

Alfredo López Austin. Doctor en historia por la UNAM. Investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas (UNAM). Profesor de Posgrado en la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM).

Erik Velásquez García. Licenciado en historia, maestro y doctor en historia del arte por la UNAM. Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas. Coordinador del posgrado en historia del arte de esa misma universidad.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

López Austin, Alfredo y Erik Velásquez García, “Un concepto de dios aplicable a la tradición maya”, Arqueología Mexicana, núm. 152, pp. 20-27.

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