El Escribano de Mayapán, Yucatán

Carlos Peraza Lope, Susan Milbrath

 

Uno de los descubrimientos más importante en los últimos diez años del Proyecto Arqueológico Mayapán es un excepcional incensario efigie que representa a un escribano. Aunque los incensarios efigie de Mayapán generalmente provienen del periodo Posclásico Tardío (1250/1300-1460 d.C.), éste en particular muestra una marcada relación con el escribano hombre-mono, deidad importante en el arte maya del Clásico. El escribano sostiene en su mano izquierda una vasija en forma de caracol, similar a las vasijas que contenían tinta empleadas en el Clásico maya. Los números pintados en el incensario también indican una relación con el arte de la escritura. En la mano derecha, el hombre-mono sostiene un pincel semejante a aquellos representados en las pinturas sobre cerámica del periodo Clásico. El antebrazo derecho es en realidad una serpiente anudada, con la mano del escribano sobresaliendo de la boca de la serpiente como una lengua. Características únicas como éstas hacen del Escribano de Mayapán una verdadera obra maestra del arte maya del Posclásico.

La policromía destaca de forma delicada los atributos anatómicos de este dios. Volutas blancas alrededor de los ojos son características que aparecen en varias deidades del Posclásico; una voluta amarilla, curvada hacia el extremo de la nariz, representa un símbolo típico sobrenatural de varias deidades en los códices del Posclásico. Los labios del escribano, así como sus párpados y áreas supraorbitales, también son de color amarillo. Los ojos tienen iris oscuro y pupilas con centros de color blanco, produciendo un efecto dramático. Las cuencas de los ojos, la nariz, los dientes y los hombros también son blancos. La serpiente que forma el antebrazo es verde con labios rojos. Las manos y piernas del escribano son de un azul brillante. A pesar de que este color se conoce comúnmente como azul maya, podría describirse como “azul Mayapán”, ya que esta área es la principal fuente de arcilla tipo sepiolita paligorskita empleada en ese pigmento.

Los incensarios efigie de Mayapán tienen en promedio 50 cm de altura y se encuentran con frecuencia al frente de los altares. Según estudios de cerámica maya, a tales incensarios se les denomina tipo Chen Mul Modelado y se usaron para quemar la resina de copal. La salida del humo del incienso desde la urna adjunta habría hecho del escribano un punto focal importante en las ceremonias destinadas a honrar al dios de los escribanos y artistas. Aunque hay otros fragmentos de incensarios que representan dioses mono, el escribano hombremono es único entre los incensarios de Mayapán. Dioses como Chac, Itzamná y Ek Chuah son muy comunes y se han identificado más de diez deidades en Mayapán. El número y la diversidad de incensarios Chen Mul Modelado indican que el tipo posiblemente se originó en esta capital maya del Posclásico.

 

Los incensarios efigie

 Los incensarios efigie de Mayapán probablemente sirvieron como ídolos en las ceremonias de calendarios, como aquellas descritas por fray Diego de Landa a mediados del siglo XVI . Los incensarios rotos que tienen representaciones de serpiente, encontrados en contextos sellados durante las diferentes etapas constructivas de los templos de Mayapán, pueden reflejar actividades cíclicas de regeneración u otras formas de rituales calendáricos descritas por Landa. Los rituales de renovación son claramente evidentes en los fragmentos de los incensarios que se encuentran entre depósitos de basura, aparentemente quebrados y desechados una vez que habían cumplido su función en las ceremonias calendáricas.

A diferencia de muchos incensarios rotos a propósito durante actividades rituales, el escribano presenta daños menores; esta condición sugiere que se encontraba en uso hasta el final de la ocupación de Mayapán. Es probable que originalmente estuviera ubicado al frente de un altar en el interior del templo, sirviendo como punto central de adoración del dios de los escribanos. Tal vez fue arrojado detrás de la Estructura Q-58 o Templo del Crematorio durante la revuelta que puso fin al reinado de Mayapán como capital regional maya del norte de Yucatán, alrededor de 1460 d.C.

 

 Carlos Alberto Peraza Lope. Licenciado en arqueología por la Universidad Autónoma de Yucatán e investigador del Centro INAH Yucatán. Director del Proyecto Arqueológico Mayapán desde 1996.

 Susan Milbrath. Doctora en historia y arqueología del arte por la Universidad de Columbia. Curadora en el Museo de Historia Natural de Florida y profesora de antropología en la Universidad de Florida.

 

Peraza Lope, Carlos, Susan Milbrath, “El Escribano de Mayapán, Yucatán”, Arqueología Mexicana núm. 104, pp. 18-20.

 

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-la-sexualidad-en-mesoamerica-AM104