El tronco se endereza con una técnica que si bien requiere un buen esfuerzo físico es relativamente simple. Según Stresser-Péan, se le endereza recurriendo a soportes cruzados y se tira de él con sogas hasta colocarlo en posición vertical. Es interesante indicar que durante este procedimiento se suelen colocar ofrendas al pozo. De hecho la base del tronco debe aplastar un polluelo de guajolote o de gallina, que se arroja vivo al agujero justo cuando el palo está por tocar el fondo. Para afianzar el palo se colocan a modo de cuña tantas estacas como sean necesarias.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique, “El levantamiento”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 88, pp. 60-61.
