Buscando el origen de la escultura olmeca
El basalto fue uno de los primeros materiales importado a San Lorenzo. En los primeros siglos de la ocupación del sitio, se usó para crear instrumentos de trabajo y de molienda. La producción de las tempranas herramientas debió guardar ciertas semejanzas con el tallado de escultura aunque, sin duda, con menor conocimiento y talento que la producción de formas elaboradas.
Posiblemente la innovación que permitió el tallado de formas complejas fue la geometría, con un sistema de medición más preciso que el tanteo con el brazo, mano o dedos. El descubrimiento de cómo tallar esculturas fue el punto de partida para crear bienes de prestigio con gran carga simbólica.
La organización de la producción y distribución de los productos escultóricos de basalto desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo de la primera capital olmeca. Sin embargo, al parecer, el origen de la tradición escultórica olmeca no se encuentra en San Lorenzo. Hasta ahora no se han obtenido evidencias de su origen.
Se esperaría encontrarlo en un yacimiento de la roca, donde los escultores tendrían acceso sin límite para practicar las técnicas de producción. San Lorenzo no cumple con dicha expectativa.
Durante las excavaciones del Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán en el Palacio Rojo se descubrieron cuatro nuevas esculturas que habían sido colocadas en los cimientos del edificio. Son emblemas reales, representativos de conceptos ideológicos olmecas, que se incorporaron en el diseño del edificio desde la inauguración de la primera etapa constructiva, 1500-1400 a.C.
Imagen: Izquierda: Bajo el piso del Palacio Rojo se descubrió un drenaje sinuoso, hecho de ductos curvos de basalto. Derecha: Junto al drenaje fue colocado un disco conmemorativo con huellas de dos patas de ave. Fotos: Ann Cyphers.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “El Palacio Rojo”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 58-62.