El patrimonio arqueológico de Teotihuacan. Responsabilidad social

Verónica Ortega Cabrera

El valle de Teotihuacan experimenta un acelerado proceso de crecimiento urbano, especialmente en el área que ocupara la antigua ciudad prehispánica. Ante esta situación, el INAH busca soluciones junto con autoridades estatales y municipales para evitar un mayor deterioro, e incluso la pérdida, de este patrimonio mundial.

 

Teotihuacan, uno de los asentamientos urbanos más complejos de Mesoamérica, poco a poco ha ido perdiendo espacios ante el constante e irreversible crecimiento de las cabeceras municipales de Teotihuacán de Arista y San Martín de las Pirámides, en el estado de México. Desde 1917 ha habido diversas declaratorias para proteger la riqueza patrimonial de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacan, mediante las cuales, paulatinamente, se ha ido ampliando el área de protección de acuerdo al cono cimiento sobre su extensión y complejidad. El decreto más reciente es el del 30 de agosto de 1988, que protegía un polígono de 3 381 ha, divididas en tres áreas, en las que, a partir de la diversificación de los usos del suelo, se han instrumentado diversos mecanismos de protección.

El área A (Área Central de Monumentos, la zona arqueológica propiamente dicha) se encuentra protegida de cualquier tipo de alteración o invasión de asentamientos urbanos modernos por ser un área federal. El área B (Área Ampliada de Monumentos Arqueológicos y de Restricción Total) es una zona de reserva arqueológica en la que se concentra una gran cantidad de estructuras y contextos prehispánicos de vital importancia para la investigación del sitio. En esta área están prohibidas las construcciones nuevas o las ampliaciones a las ya existentes y tiene la ventaja de que la mayor parte de los terrenos son ejidos, aunque también hay el régimen de propiedad privada. Finalmente el área C (Área de Protección General) abarca los núcleos de población modernos; en ella se permite el crecimiento urbano, previa verificación del depósito cultural, aunque hay ciertas restricciones en cuanto a la arquitectura, con el fin de evitar el deterioro visual del Área Central de Monumentos.

El área A incluye 7.79 % del polígono de protección, mientras que las áreas B y C suman el 92.21 %restante, es decir, casi 90% de la superficie que ocupara la antigua ciudad de Teotihuacan, donde actualmente crecen de manera significativa cinco poblaciones.

Así, se ha configurado una mancha urbana que poco a poco va formando un "anillo" alrededor del Área Central de Monumentos, lo que pone en riesgo permanente una parte importante de los vestigios arqueológicos del sirio. Ante esta situación, y previendo que al ritmo de incremento poblacional en el valle las cifras actuales se duplicarán hacia el año 2015 -de acuerdo con datos oficiales-, el INAH redobla esfuerzos, junto con autoridades estatales y municipales, para evitar un mayor deterioro e incluso la pérdida de este patrimonio mundial. Para ello se ha creado el “Proyecto de protección técnica y legal de Teotihuacan”, cuyo objetivo principal es detener la afectación patrimonial en las áreas B y C, a partir de cuatro líneas básicas de acción: registro y documentación del patrimonio arqueológico y cultural teotihuacano, identificando los puntos críticos de deterioro; fortalecimiento de la protección jurídica; conservación de la imagen del sitio; y difusión de lo que significa la protección de la zona arqueológica. así como de los avances logrados en las investigaciones realizadas en su periferia.

 

Traducción: Elísa Ramírez

 

Verónica Ortega Cabrera. Arqueóloga por la ENAH. Pasante de la maestría en estudios mesoamericanos de la FFyL, UNAM. Jefa del Departamento de Protección Técnica y Legal de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacan.

 

Ortega Cabrera, Verónica, “El patrimonio arqueológico de Teotihuacan. Responsabilidad social”, Arqueología Mexicana núm. 64, pp. 58-61.

 

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