El tapir en el Códice Florentino

Carlos Navarrete Cáceres

Ay un animal en esta tierra que se llama tlacaxolotl: es grande, es mayor que un gran boey, tiene gran cabeza, tiene largo el hocico, las orejas muy anchas, tiene los dientes y las muelas grandes; pero de la forma de la persona, tiene muy grueso el pescuezo y muy fornido, tiene los pies y las manos gruesos, las uñas como boey, pero mayor es: tiene las ancas grandes y anchas, la cola tiene grueza y larga: es de color de boey roxo, tiene muy grueso el cuero: su carne es de comer: dizen que tiene la carne y el sabor della de todos animales, y aves y aun de hombres. Este animal es raro, bive en las provincias de Atzaccan, y de Teputzontlan, y Tlaquilapan, que son hazia honduras, vive en las montañas y desiertos entre las peñas: come cacavates monteses y otros cacavates que se llama quappatlachtli, come también mahiz verde y mazorcas de mahiz; quando topa con un mahizal, comelo todo sin dexar nada: quando le falta la comida, come hojas de matas y arboles; quando estercola, echa los cacaos enteros casi una carga dellos cada vez: andan los abitadores de aquella tierra a buscar su estiercol para coger el cacao que echa. Este animal no teme a la gente ni muere con saeta, tomanle haziendo un hoyo grande y cubriéndole con ramas y con ierba para que caya dentro allí le matan y de allí le sacan con sogas y comen su carne que tiene muy buen comer.

Imagen: El tapir en un mural de Luis Covarrubias. Museo Nacional de Antropología. Foto: Archivo Digital de las Colecciones del MNA, INAH-CANON.

 

Carlos Navarrete Cáceres. Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de San Carlos de Guatemala y de la Universidad de Chiapas. Investigador de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Navarrete Cáceres, Carlos, “Acercamiento arqueológico a un animal singular. El tapir o danta”, Arqueología Mexicana, núm. 166, pp. 28-35.