“Anillo (núm. 267). Es un anillo muy semejante al núm. 177, pero está desgraciadamente roto, pues falta el ala derecha del águila. El cascabel que encontramos junto, sin duda pendía de esta ala. El cuerpo del anillo está decorado con el xicalcoliuhqui.
Anillo (núm. 177). Anillo de plata muy semejante a los anillos de oro ya descritos. Todo él está decorado con grecas y lleva delante la figura de un “águila que cae”, que como hemos dicho representa al sol poniente, y de su pico pende el chalchihuite que es también la representación del astro. De este adorno cuelgan tres cascabeles, pero debieron ser cinco. Otros dos cuelgan de las alas.
Anillo (núm. 264). Es otro anillo decorado con coxcoxtli muy semejante al anterior. Como en los otros tres que hemos descrito, el ave lleva en el pico el chalchihuite, símbolo del sol, del que colgaban cinco cascabeles. (En este anillo falta uno.)
Anillo (núm. 226). Es un anillo decorado también con un “ave que cae”, en la misma forma que los descritos anteriormente; pero en este caso más bien parece que se trata del faisán o coxcoxtli y no del águila, pues vemos el copete representado, dentro del estilo de estas joyas, por cuatro barritas rematadas por pequeñas esferas que, como hemos dicho, representan chalchihuites. También la cola de esta ave es diferente de la del águila, pues en vez de terminar en largas plumas rígidas, termina en plumas largas y ondulantes.
El coxcoxtli es, según lo determinó Seler, el nahual o disfraz del dios del amor y el verano, “el príncipe de las flores”, Xochipilli, que a su vez es una manifestación del dios solar. Indudablemente, “el faisán que cae” es un equivalente del “águila que cae” y ambos simbolizan lo mismo: el sol que baja a la tierra, por las tardes y es tragado por ella, es decir se muere para iluminar el mundo de los muertos”.
Caso, Alfonso, “Plata”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 41, pp. 40-43.