Las fuerzas de la Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tacuba) extrajeron enormes riquezas de los pueblos conquistados. Los pagos del tributo impusieron una creciente producción económica al pueblo subyugado, y proporcionaron un extenso ingreso material al imperio. Ese ingreso acrecentó la riqueza del imperio al sostener los magníficos palacios, elevadas formas de vida y suntuosas exhibiciones de soberanos y nobles. Los tributos intensificaron también la política imperial y el poder militar, y contribuyeron tanto material como simbólicamente a conquistas y alianzas futuras. En general, los pagos de tributo aumentaron la preeminencia y bienestar económico de las capitales de la Triple Alianza, de modo que beneficiaron tanto a plebeyos como a nobles en esas ciudades. Las exigencias de tributo cambiaron a lo largo del tiempo, lo que reflejaba la expansión geográfica del imperio hacia zonas más ecológicamente diversas y respondía a las crecientes necesidades de una nobleza imperial en ascenso.
Si deseas consultar otras entradas asociadas a este tema semanal, haz clic en la etiqueta TS tributo, en la barra inferior.
Tomado de Frances Berdan, “El tributo a la Triple Alianza”, Arqueología Mexicana núm. 124, pp. 48 - 55.