Fecha de elaboración
1595.
Lugar de origen
Tzintzuntzan, en la región lacustre de Michoacán.
Características físicas
El escudo está elaborado en papel europeo de 28.7 por 20.7 cm. Excepto por manchas en el papel, en general se encuentra en buen estado, y ha mantenido su apariencia original.
Formas y colores
El escudo combina elementos gráficos de la historia y la cultura tradicional, en un esquema de heráldica española. No se sabe el nombre del carari o pintor que lo elaboró. Es una acuarela que usa varios colores y aplicaciones de oro. Llama la atención la presencia del color rosa en la vestimenta de “Vacusti/catame”, personaje del lado derecho.
Origen
Entre las manifestaciones pictóricas mesoamericanas coloniales, no ampliamente estudiadas, se encuentran los escudos nobiliarios o de ciudades. Éstos fueron otorgados por el rey de España como un reconocimiento de la legitimidad de un asentamiento o de un linaje noble indígena, generalmente asociado al gobierno local. Los escudos hispano-indígenas proceden de varias regiones y varían en composición y complejidad. A veces predominan los elementos nativos y, en ocasiones, la heráldica española se manifiesta interpretada con matices tradicionales. Sabemos que a Tzintzuntzan (lugar de los colibríes) le fue dado el título de ciudad oficialmente en 1534, con lo cual alcanzó los consecuentes derechos de legitimidad para sus gobernantes, aspecto de muy particular importancia entre las comunidades indígenas del centro de México. Tras una disputa por el cambio de los poderes políticos y religiosos de Tzintzuntzan a Pátzcuaro —originalmente un barrio de la primera población; el cambio fue patrocinado por el obispo Vasco de Quiroga (¿1480?-1565)—, los líderes de Tzintzuntzan logran recuperar parte de sus privilegios hacia finales del siglo XVI. Este logro se ve confirmado con la presentación a las autoridades locales de documentos oficiales y un escudo. Como afirma Hans Roskamp: “El único ejemplar conocido del escudo está incluido en el traslado de los autos de posesión del título de la ciudad de Tzintzuntzan que se hizo en abril de 1595 y que se encuentra en el Archivo General de Indias”
Principales estudios
En 1981 el investigador Francisco Miranda reportó por primera vez la existencia de esta pintura. Posteriormente se han hecho varias reproducciones con notas introductorias como la de Ramos Sosa, que ayudó a darlo a conocer más amplia- mente. El trabajo más completo hasta ahora publicado es de la autoría de Hans Roskamp. En su artículo no sólo estudió a detalle el escudo, sino que nos proporcionó un entorno histórico que sirve para ubicar la elaboración del escudo.
Otros títulos
Escudo de la ciudad de Tzintzuntzan.
Lugar donde está depositado
Originalmente se guardó en el Archivo General de Indias de Sevilla, Audiencia de México, legajo 94. Ahora se encuentra en la sección de Escudos y Árboles Genealógicos de México, núm. 168.
El escudo de armas
Indudablemente la iconografía aquilina tuvo una particular importancia en la región de los uacúsechas. Precisamente este término se refiere a esta ave. En la parte central aparece el águila con alas extendidas y el pico abierto, mirando hacia el Sol. Sus relaciones con el astro en la cosmovisión de este pueblo son indudables. Su cuerpo sostiene un escudo de tradición hispana donde, en sus campos, se muestran diferentes aspectos asocia- dos a la historia, la religión y el poder de los uacúsechas de Tzintzuntzan: en la parte superior al lado izquierdo aparecen siete piedras que parecen formar una cueva de origen; le sigue una cruz cristiana y después una isla con dos casas y una pirámide con un templo del que sale fuego. En el lago se notan dos pescados. En medio del escudo se adicionó una torre de estilo español, similar a las que encontramos en los escudos de armas de Tlaxcala y Huexotzinco (Puebla). La torre se acompaña de unos colibríes, por lo que se asociaría al nombre de la población. En la parte inferior derecha de esta figura se acomodó la imagen de dos patos, aves acuáticas de gran importancia simbólica para los nobles y sus cultos. En la sección intermedia e inferior se incluyeron un par de sandalias –atributos exclusivos de los irecha o gobernantes supremos–, un felino, un tocado en forma de banda de piel de jaguar; luego sigue un cie- lo estrellado con una luna (¿representación de la importante diosa Xaratanga?). En el siguiente campo se encuentra un ¿coyote? junto a un árbol donde parece que van a perchar unas aves que parecen ser grullas, garzas o cigüeñas. El escudo se complementa con dos tenantes: el de la izquierda se identifica como Harame y el de la derecha es Vacusti/catame o Hireti Thicatame, mensajero del dios Sol Curicaueri, aquí vestido con parafernalia del alto puesto de irecha. El segundo personaje, Harame, de cabello largo, está vestido con bragas, sandalias, arco y un carcaj con flechas; porta en la frente una banda de piel de jaguar. Harame también formó parte de los linajes de nobleza de Tzintzuntzan, y fue aliado del rey Tariácuri en sus conflictos bélicos. Alrededor de las figuras descritas se agregaron una serie de objetos atados con un mecate o cuerda: arcos, flechas, bragas, brazos que portan escudos, macanas, pipas y otros símbolos diversos. Existen en otros documentos pictóricos más tardíos variantes que reinterpretan este escudo, como los que se encuentran en los títulos primordiales de Carapan.
Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.
Noguez, Xavier, “Escudo de armas de Tzintzuntzan, Michoacán, siglo XVI”, Arqueología Mexicana núm. 143, pp. 12-13.
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