Espacios rituales frente al Templo Mayor de Tenochtitlan

Raúl Barrera Rodríguez, Roberto Martínez Meza, Rocío Morales Sánchez, Lorena Vázquez Vallin

Los trabajos en la Plaza Manuel Gamio –cercana al Templo Mayor de Tenochtitlan– han permitido ubicar e identificar el cuauhxicalco, los restos del árbol llamado xócotl –que de acuerdo con Sahagún era plantado muy cerca de uno de estos edificios– y el piso con lápidas que planteamos identifica al Coaxalpan. Este discurso iconográfico debe estar relacionado con un evento conmemorativo importante vinculado con la religión y cosmovisión de los mexicas, del que en su momento las investigaciones nos darán mayor luz.

 

La zona arqueológica y museo de sitio del Templo Mayor de Tenochtitlan son de los más visitados a nivel nacional. Su acceso no funcional motivó a las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a plantear la necesidad de establecer un nuevo vestíbulo que agilice el ingreso de visitantes. La propuesta es construir un acceso de la Plaza Manuel Gamio al Templo Mayor de Tenochtitlan.

En seguimiento a este proyecto, en julio de 2009 el Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Museo del Templo Mayor dio inicio a los trabajos de investigación en la Plaza Manuel Gamio, específicamente en el ángulo exterior suroeste de la zona arqueológica. El área explorada presenta una orientación de norte a sur y es de 50 m de longitud por 24 m de ancho y 5 m de profundidad (Barrera et al., 2010).

Con las excavaciones aparecieron los restos de dos escalinatas en forma de media luna que daban hacia unos sanitarios públicos. Desde este espacio, durante los trabajos arqueológicos emprendidos por Emilio Cuevas en 1933, se acondicionó un túnel que conectaba con una sección del Templo Mayor (Matos, 2002). Los restos del túnel y las escaleras fueron retirados para sacar a la luz los vestigios de la época prehispánica.

Durante los trabajos, también se detectaron restos de lo que fue el Seminario Conciliar de México, cuya construcción inició en 1688 y su demolición se efectuó en 1933. Estos trabajos arrojaron información acerca de los cimientos de casas coloniales anteriores a la construcción del edificio religioso.

Las evidencias prehispánicas se concentran hacia el extremo norte del área de estudio. A pesar de que estos vestigios fueron objeto de una intensa destrucción al inicio de la época colonial, aún se conservan restos de pisos de la plaza frontal al Templo Mayor. Las excavaciones mostraron niveles de pisos de las etapas IV, IVa V y VI (1440-1502 d.C.).

 

Barrera Rodríguez, Raúl, Roberto Martínez Meza, Rocío Morales Sánchez, Lorena Vázquez Vallin, “Espacios rituales frente al Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana núm. 116, pp. 18-23.

 

• Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH. Director del Proyecto Arqueológico Ixcateopan de Cuauhtémoc, Guerrero. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico. Supervisor del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor, INAH.

 

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