En 1936 la Carnegie Institution de Washington hizo trabajos arqueológicos, al mando de John Eric Sidney Thompson, en el sitio arqueológico de El Palmar, Campeche, y bajo la estela 10 se encontró la ofrenda dedicatoria de ese monumento, fechado en 710 d.C. La ofrenda contenía varios objetos, entre ellos algunos a los que se dio el nombre de excéntricos, por sus caprichosas formas, hechos de pedernal y obsidiana. Uno de ellos, magistralmente tallado, tiene en cada esquina la silueta de cabezas de dioses y seres humanos. Los mayas preferían las piedras oscuras para hacer objetos relacionados con rituales de petición de lluvia y buenas cosechas; el espacio que se forma en la parte central del excéntrico sugiere la hendidura por la que, según la cosmogonía maya, emergieron del inframundo los hombres y el maíz.
Tomado de, Arqueología Mexicana, Especial 44, Mundo maya. Esplendor de una cultura