Un sagrado alimento
Ciertas figurillas de terracota presentan pintura negra: son las que tienen un rostro sobrenatural con ojos diferentes, uno redondo y otro distorsionado. Estas figurillas con pintura negra, cara sobrenatural y asociaciones zoomorfas tienen una característica única.
Llevan un gorro alto con forma cónica. Aunque el gorro está quebrado en la mayoría de los casos, quedó su huella en la cabeza y se han encontrado sus restos por separado. La famosa imagen de Quetzalcóatl que aparece en el Códice Borbónico lo muestra con un gorro cónico forrado con piel de jaguar, y en el Códice Borgia su manifestación como Ehécatl también lo lleva.
Todo lo anterior sugiere que algo tan sencillo como el color de las vasijas usadas para servir alimentos con cacao en el ámbito doméstico pudiera encerrar profundos mensajes ideológicos. La preferencia de los olmecas de San Lorenzo por usar vasijas de color blanco, negro y blanco y negro en el servicio de alimentos con cacao indica conceptos sagrados ancestrales que perduraron en Mesoamérica.
Las vasijas de color blanco y negro tienen una asociación con la deidad principal del pueblo olmeca, el Monstruo Cósmico, que personifica el mito de origen del pueblo olmeca, y se utilizó para legitimar a los gobernantes. Esto es otro ejemplo más del complejo tejido de mensajes sagrados que saturó todos los rincones de la vida olmeca.
Imagen: Ehécatl-Quetzalcóatl: tiene el ojo redondo atravesado con una franja negra y lleva el gorro cónico. Códice Nuttall, lám. 38. Foto: © The Trustees Of The British Museum. Las figurillas de terracota con pintura negra tienen un rostro sobrenatural con ojos diferentes, uno redondo y otro distorsionado, y un ancho tocado con gorro cónico. Foto: Ann Cyphers.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “Un sagrado alimento”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 26-32.