Si un sentimiento provoca el asomarse al territorio hidalguense ese es asombro. El viajero que conduce sus pasos a este estado se encuentra con un patrimonio cultural y natural de tal magnitud, tal complejidad y tal belleza que no sólo disfruta el andar, sino que de seguro imagina el momento en que regresará a la búsqueda de más sorpresas.
Quiere la edición que tiene ante sus ojos invitarlo a eso, a recorrer esas mágicas tierras. Los atractivos que ofrece son el feliz producto de una combinación de elementos naturales y culturales, nutridos por una larga historia.
Una síntesis del desarrollo histórico necesariamente tiene que señalar la existencia de vestigios que anteceden a la presencia humana y de restos que se encuentran entre los más antiguos de México, asociados a grupos de cazadores-recolectores. Éstos y las sociedades agrícolas que les sucedieron desarrollaron peculiares estrategias de adaptación y explotación del medio ambiente, a tal grado eficaces que aún forman parte de las prácticas productivas de los indígenas de la región.
Por factores como su posición geográfica y la abundancia de algunas materias primas –en especial la obsidiana–, los pueblos prehispánicos de Hidalgo fueron actores importantes en distintos momentos de la historia mesoamericana. Además de contar con interesantes culturas locales, como la xajay por los rumbos de Pahñu, la cercanía con la Cuenca de México hizo a las sociedades de la región participantes en asuntos de Teotihuacan, en el Clásico, y de la Triple Alianza, en el Posclásico Tardío. Sin olvidar que la principal metrópoli del Posclásico Temprano, Tula, se encontraba en estos lares.
Imagen: Pahñu. Foto: Santiago Noriega / Raíces.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor. Desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique , “El estado de Hidalgo. Guía de viajeros”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 112, pp. 8-12.