Ixcateopan. 
Un sitio tributario de la Triple Alianza

Raúl Barrera Rodríguez

Los trabajos que a partir de 2007 se han realizado en la zona arqueológica de Ixcateopan son uno de los ejemplos más sobresalientes de la arqueología en Guerrero, pues han permitido profundizar y enriquecer el conocimiento de la dinámica cultural que en el Posclásico Tardío aconteció en la región norte de la entidad.

 

La arqueología del estado de Guerrero es aún poco conocida en comparación con otras áreas de Mesoamérica. Entre otros factores, esto se debe a las escasas investigaciones que se han llevado a cabo en la entidad a pesar de los enormes recursos arqueológicos que existen en su territorio.

Evidencias de la presencia humana en Guerrero se remontan hasta aproximadamente 3 000 años de antigüedad. Así lo muestran los vestigios de asentamientos humanos situados a lo largo de la bahía de Acapulco hasta Puerto Marqués, cuyos habitantes, sin conocer aún la cerámica, empleaban instrumentos líticos, y cuya alimentación dependía básicamente de los recursos marinos. Más tarde, en esa misma zona se produjo una de las cerámicas más antiguas de Mesoamérica, la cerámica Pox, hallada por Charles Brush en un contexto de concheros y con una fecha de 2400 a.C. (Brush, 1965, pp. 194-195).

El estilo olmeca, cuya presencia se encuentra en casi todo Guerrero, según estimaciones se originó hacia 1500 a.C. y continuó quizás hasta 600 a.C. Algunos de los sitios más conocidos son Teopantecuanitlán (Martínez, 1986, pp. 55-80); San Miguel Amuco en la región de la Tierra Caliente (Grove y Paradis, 1971, pp. 95-102); las pinturas rupestres de las cuevas de Oxtotitlán en Chilapa (Grove, 1970, pp. 17-22); las de Cacahuaziziqui en Copanatoyac (Villela, 1989, pp. 37-48), así como las halladas en la gruta de Juxtlahuaca, muy cerca de Quechultenango (Ochoa, 1968, p. 26).

En algunos lugares de la región de la sierra, costa grande, centro, norte y tierra caliente, se han localizado fragmentos cerámicos del Preclásico que guardan semejanza con el Centro de México. Ejemplo de esta ocupación es el sitio de Cuetlajuchitlán, localizado en la región norte y cuya ocupación oscila entre 600 a.C. y 200 d.C. (Manzanilla y Talavera, 2006, pp. 47-51).

A pesar de ser poco estudiado el periodo Clásico en Guerrero, se advierte una presencia o influencia teotihuacana en diversos sitios, como Teticpac el Viejo, Contlalco en Tlapa (Barrera y Parra, 1992, pp. 13-17), y en las inmediaciones de la ciudad de Chilpancingo.

El Posclásico es el periodo del que más información se cuenta debido a los valiosos aportes de fuentes históricas como La Matrícula de Tributos, el Códice Mendocino, algunos lienzos locales, las Relaciones geográficas del siglo XVI, los relatos que por tradición oral conservan algunas comunidades de la entidad, y por último los estudios arqueológicos que desde principios del siglo XX se han llevado a cabo.

En los últimos años, el incremento en el número de trabajos arqueológicos ha sido notable. Sin embargo, consideramos que aún falta mucho para alcanzar un panorama más amplio de las sociedades que en el pasado ocuparon el estado de Guerrero. Con todo, se puede considerar que los trabajos que a partir de 2007 se han realizado en la zona arqueológica de Ixcateopan (anteriormente Ichcateopan) de Cuauhtémoc son uno de los ejemplos más sobresalientes, pues han permitido profundizar y enriquecer el conocimiento de la dinámica cultural que en el Posclásico Tardío aconteció en la región norte de la entidad (Barrera, 2008).

El sitio

En Ixcateopan, los vestigios arqueológicos se encuentran distribuidos en la parte superior y en las pendientes poco pronunciadas de una elevación natural. En el siglo XVI el asentamiento prehispánico se extendía al parecer, en su mayor parte, por debajo de la población actual, e incluso hoy en algunos terrenos de propiedad particular existen evidencias de esa ocupación humana. La construcción de casas, iglesias, escuelas y calles afectó sensiblemente los vestigios arqueológicos. Esto aunado al intenso saqueo que en la primera mitad del siglo XX se desarrolló de tal manera que afectó notablemente el patrimonio arqueológico de los guerrerenses (Barrera, 2010, p. 14).

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Barrera Rodríguez, Raúl, “Ixcateopan. 
Un sitio tributario de la Triple Alianza
”, Arqueología Mexicana, Núm. 118, pp. 71-75.

 

Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH. Director del Proyecto Arqueológico Ixcateopan de Cuauhtémoc, Guerrero. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico. Supervisor del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor, INAH.