La búsqueda de los orígenes nacionales

Andrea García Rodríguez

Rafael Yela Günther: Indagaciones

Pero la búsqueda de los orígenes era también un anhelo de restituir el esplendor con que se miraba al pasado desde una crítica hacia las condiciones del presente. El panorama contemporáneo no ofrecía grandes esperanzas tal como se presentaba: había en cambio un deseo de reflexionar sobre el camino hacia el progreso de la nación y reencauzarlo.

La población del Valle de Teotihuacan

Las primeras décadas del siglo XX fueron años prodigiosos en el estudio de la cultura teotihuacana. Desde los hallazgos de Leopoldo Batres hasta el largo periodo de estudio que dirigió Manuel Gamio en el sitio, el pasado teotihuacano fue adquiriendo un rostro luminoso, tanto para los estudiosos como para el público que seguía una a una las noticias de la prensa.

En medio de ese revuelo de los estudios arqueológicos llegó a México Rafael Yela Günther. Tenía 33 años. Su padre era escultor y propietario de un negocio dedicado a elaborar capillas, mausoleos de mármol y estatuas de bronce, por lo que Yela aprendió muy tempranamente el oficio y lo incorporó a su propia labor escultórica. Su formación debió mucho al artista venezolano Santiago González (1850-1909), discípulo de Rodin y gran exponente del modernismo en Guatemala, así como al Taller Artístico Industrial de Antonio Doninelli, donde se daban cita artistas de avanzada como Carlos Valenti (1888-1912) y Jaime Sabartés (1881-1968) (Luján Muñoz, 1982, p. 287).

Tras un breve periodo en la ciudad de México, Yela Günther se mudó a Teotihuacan para rodearse de aquel lugar al que le dedicó un estudio profundo, como años antes lo había hecho con la cultura maya. Ahí, en diálogo con los postulados de Gamio, desarrolló dos series de trípticos para retratar su visión de la historia teotihuacana, cuya base era la idea de que la población se encontraba en un retroceso evolutivo.

Un conjunto de trípticos estaba destinado a ilustrar las portadas de La población del Valle de Teotihuacan, mientras que el otro, con tres bajorrelieves de unos 15 m de largo hoy destruidos, formó parte de la exposición permanente del Museo Regional de Teotihuacan.

Imagen: Museo Regional de Teotihuacan, ca. 1920. Los murales de Yela Günther pueden verse al fondo. Colección Culhuacán, Fototeca Nacional. Foto: © Conaculta, INAH, SINAFO, FN, México.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

García Rodríguez, Andrea, “Rafael Yela Günther: Indagaciones”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 105, pp. 40-43.