La fundación del altépetl México-Tlatelolco

Xavier Noguez

Una vez establecidos en las islas del lago de Tetzcoco en un año 2 calli (casa), ca. 1325, se dio nuevamente el cambio de nombre por el de mexicatenochcas, habitantes de México-Tenochtitlan. Parece que es en esta etapa posfundacional cuando aparecieron los primeros conflictos que derivaron en una profunda escisión que, 13 años después, dio como resultado la migración de un grupo hacia los islotes del norte. Este grupo decidió fundar otro altépetl que se llamó México-Tlatelolco. Fray Juan de Torquemada, en su Monarquía indiana (lib. III, cap. XXIV) nos informa de esta separación:

Estando con este cuidado los mexicanos y mirando uno de ellos hacia el cielo, vio que se levantaba de entre carrizos y espadañas, un poco más adelante del lugar donde estaban, hacia la parte norte (que es este donde al presente lo escribo, llamado Tlatelolco), un viento o aire a manera de remolino que parecía llegar con la punta al cielo, quedándose la otra extremidad de este dicho remolino o aire entre las cañas y tular dicho; y pareciéndoles que era prodigio o señal representativa de alguna necesidad o acaecimiento, tomóles gana a muchos de ellos de querer ver lo que aquello significaba. Vinieron a verlo y en el lugar donde el remolino nacía hallaron un montecillo de arena que hacía una placeta fuera del agua y enjuta y muy dispuesta para poder edificar en ella. En este lugar no sólo hallaron la comodidad dicha sino también una culebra enroscada, una rodela y una flecha, que todo junto puso en admiración y cuidado a los que lo vieron…

Este portento fue reproducido en una de las salas del Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Añade Torquemada que las desavenencias tuvieron su origen en la posesión de dos tlaquimilollis (envoltorios que contenían reliquias sagradas) que Huitzilopochtli les había otorgado.

Finalmente, los tenochcas toman el que guardaba los palillos o maderos para hacer el fuego, y los escindidos tlatelolcas se quedan con una “piedra preciosa”, un jade. El cronista franciscano agrega que el nombre original del nuevo asentamiento era “Xaltilulco” (montículo semirredondo o mogote de arena, xaltelolli), pero una vez asentados, los mexicas separados le cambian el nombre a “Tlatelulco”, que Torquemada definió como “…un montón de tierra echada a mano ó terrapleno”.

Imagen: Derrota de los mexitin en Tlatelolco y los asentamientos en México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco. Mapa de Sigüenza. Foto: BNAH.

Xavier Noguez. Licenciado y maestro en historia por la UNAM. Doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad de Tulane. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense. Sus áreas de investigación son los códices del Centro de México y los orígenes de la tradición guadalupana. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Noguez, Xavier, “Los inicios del señorío de México-Tlatelolco”, Arqueología Mexicana, núm. 179, pp. 12-17.