La gente de las chinampas y sus viviendas
A la caída de Azcapotzalco, la Triple Alianza tomó el control sobre la Cuenca de México. Esta nueva configuración política trajo consigo un desarrollo demográfico que afectó principalmente a las zonas lacustres. Si bien algunas de las principales ciudades, como Tenochtitlan, Xochimilco, Tláhuac y Míxquic, se encontraban dentro del lago y otras más a las orillas, como Culhuacan, Azcapotzalco, Chalco o Mexicaltzingo, es hasta este momento que la ocupación humana de la planicie lacustre aumenta de manera acelerada.
A partir de 1450 se intensifica la construcción de obras hidráulicas como diques, acueductos y canales, que tenían como objetivo controlar el paso del agua y separar las dulces de las salobres; a la par, se acelera el proyecto de construcción de chinampas, lo que permitió ganar terreno al lago a la vez que producir más alimentos. En este sentido, las chinampas funcionaron como la base para ampliar los asentamientos humanos, pues el espacio habitable era limitado.
El proceso de colonización del espacio lacustre iniciaba preparando superficies habitables en islotes, como fue el caso de El Japón (San Gregorio Xochimilco), los cuales fueron ampliándose con la construcción de chinampas a su alrededor; o como en Tenochtitlan, aprovechando zonas pantanosas donde el lago era poco profundo.
Esta transformación a gran escala del paisaje requirió de una gran cantidad de población que tuvo que movilizarse, en ocasiones por la fuerza, a las inmediaciones e interior del lago y destinar su fuerza de trabajo a la construcción y cultivo de chinampas, y la infraestructura para mantenerlas. Las comunidades chinamperas estuvieron integradas mayoritariamente por comuneros o macehualtin.
Sin embargo, en las regiones derrotadas por la Triple Alianza, como Xochimilco, es probable que hayan sido mayeque, grupo que se ubicaba en un estrato social más precario que los macehuales, pues estaban desposeídos de tierras, por lo que debían trabajar tierras particulares de señores nobles. Parte de estas parcelas chinamperas en Xochimilco e Iztapalapa fueron reivindicadas durante la Colonia temprana por los descendientes de la nobleza texcocana y mexica.
Imagen: Las casas y chinampas de Mexicaltzingo. Ilustración: Ramiro Medina, Mariano Gutiérrez.
Berenice Jiménez González. Maestra en antropología por la UNAM, investigadora de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Sus investigaciones se centran en el estudio de las comunidades lacustres del sur de la Cuenca de México.
Eduardo Corona-M. Doctor en paleontología por la Universidad de Madrid, profesor-investigador del Centro INAH Morelos. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Sus proyectos y publicaciones se relacionan con las interacciones humano-fauna en el Cuaternario y en particular con la domesticación animal en Mesoamérica.
Guillermo Acosta Ochoa. Doctor en antropología por la UNAM, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, responsable del Laboratorio de Prehistoria. Sus investigaciones se centran en el estudio del poblamiento temprano de América y la agricultura precolombina.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Jiménez González, Berenice et al., “La gente de las chinampas y sus viviendas”, Arqueología Mexicana, núm. 184, pp. 32-39.